Diputado de Podemos

El fantasma de las peonadas pasadas

Las jornadas de tarde que plantea la Consejería de Salud pueden acabar descontroladas

Las jornadas de tarde propuestas por la Consejería de Salud podrían reproducir el modelo malicioso de las peonadas si no se establecen los mecanismos de control necesarios.

Las conversaciones recientemente anunciadas entre Consejería y profesionales de Radiología del SESPA abren la vía de la reorganización de la asistencia sanitaria, elemento imprescindible para afrontar con diligencia la situación actual de desborde e hipertrofia de la espera. Se hace además sobre un punto estratégico, el radiodiagnóstico, clave en infinitud de procesos médicos.

Recibimos la noticia no sin ciertas reservas. Queremos creer que en el diálogo se incluirá a la totalidad de los trabajadores implicados, y no sólo a los facultativos. Por otro lado, esperamos también que el Gobierno acate el reciente mandato de la Xunta Xeneral, y que renuncie a vulnerar el límite de las 35 horas para granjearse "módulos gratis".

Pero incluso asumiendo esa benevolencia, hay otra cuestión de fondo que impide determinar si nos hallamos ante un avance o un retroceso. En los términos de la negociación conocidos hasta ahora, no se despeja la duda de un posible retorno a las antiguas "peonadas". Quizá empleen un nuevo nombre, más creativo esta vez, pero con un funcionamiento igualmente ineficaz y pernicioso para la sanidad pública.

El término "guardias mixtas" y la retribución de "jornada complementaria" frente a la "hora extra", no son suficiente garante. Sin fijar objetivos asistenciales, seguiremos en el mismo modelo, el que liga recompensas individuales a una mera expansión horaria sin aumento proporcional de la actividad. Con la guardia como fuente extra de ingresos, unida a la posibilidad de regulación asistencial por los propios servicios, se incentivaría nuevamente el desvío de trabajo de la mañana a la tarde, alimentando la ineficiencia en los horarios de mañana.

No es una cuestión teórica, la experiencia en gestión en nuestro entorno demostró reiteradamente que la fórmula "más tiempo - más dinero" no conduce a una mayor capacidad de resolución, que es lo que realmente perseguimos, sino al contrario.

Por ello, como primer planteamiento en la negociación, consideramos que lo preferible es proponer cambios voluntarios de horario de la mañana a la tarde, dentro de la jornada ordinaria, para evitar desincentivar el trabajo de mañanas e impedir excesos de carga sobre un mismo trabajador.

De verse limitada la disponibilidad de profesionales, sí cabría plantearse la ampliación con jornada complementaria, pero consensuando en ese caso planes que permitan determinar con exactitud el ritmo de trabajo. Hablamos de "acuerdos de objetivos asistenciales" que especifiquen la cantidad de procedimientos a realizar por la mañana y por la tarde, asegurando así una capacidad de resolución adecuada a la demanda.

En cuanto a la recompensa por la colaboración, es en este punto donde se debe establecer la diferencia categórica con respecto a las "peonadas". Desde nuestro grupo parlamentario apostamos por incentivos colectivos o "de servicio", que beneficien al equipo en su conjunto, como podrían ser la adquisición de materiales, la formación continuada o incluso la contratación de más personal. De hecho, para un sistema que no da abasto, lo lógico y lo prudente sería plantearse un redimensionamiento de plantilla que redistribuya la carga, adaptándose a las necesidades y optimizando su rendimiento.

De todas estas cuestiones y algunas más hablaremos con el Consejero de Sanidad, ofreciéndole toda nuestra colaboración para que esta reorganización asistencial llegue a buen puerto, siempre y cuando él se muestre dispuesto a evitar el abordaje de viejos fantasmas de un pasado decadente.

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