Como si no le bastara con lo que tiene en casa, en Asturias, con una oposición cada día más crítica con el Ejecutivo autonómico, el presidente del Principado, el socialista Javier Fernández, no dejó pasar ayer la oportunidad de intervenir en la polémica sobre el nuevo ajuste planteado por el ministro de Hacienda, el popular Cristóbal Montoro, a diversas comunidades, entre ellas la asturiana. Y, de paso, también aprovechó para arremeter contra el líder del socialismo catalán, Miquel Iceta, por haberse reunido con el portavoz de En Comú Podem en el Congreso, Xavier Domènech, se supone que para hablar de la polémica cuestión territorial.
Tal como ya había anunciado la consejera de Hacienda, Dolores Carcedo, el jefe del Ejecutivo autonómico ratificó que no va a haber nuevos ajustes en Asturias. Y fue más allá: si el Ministerio insiste debería ser él mismo el que intervenga; que Montoro "decida en qué partidas de Educación o Sanidad quiere reducir el gasto".
Extraña la contundencia del Gobierno regional en su respuesta al ministro de Hacienda. Javier Fernández solía utilizar, hasta ahora, otro tono para replicar al Gobierno central. Seguro que en el cambio algo tendrá que ver que Montoro esté en funciones, el abierto enfrentamiento de Pedro Sánchez con Mariano Rajoy y, también, las muy malas relaciones entre el jefe del Ejecutivo asturiano y secretario de la FSA y la líder regional del PP, Mercedes Fernández.
Muy distinto significado tiene el reproche de Javier Fernández a Miquel Iceta. Aquí lo que se evidencia es el malestar del barón asturiano del PSOE con la forma en que se está llevando la negociación para formar Gobierno. "No me interesa nada, me trae sin cuidado, lo que pueda pactar el señor Iceta con cualquier otra persona en cuestión territorial", declaró Javier Fernández. ¿Temerá que alguien en su propio partido pretenda obviar acuerdos adoptados por el comité federal del PSOE?
