Eurodiputada de Podemos

Hay un país que cambiar

La permanencia del PP en el gobierno central ha impedido poner freno a la deportación de refugiados

Cuando impulsamos Podemos hace dos años decíamos que nuestro principal cometido era que la gente volviese a ilusionarse con la política. Queríamos devolver a la mayoría social y a todas aquellas personas que tomaron las plazas en 2011, su lugar en la política y en las instituciones democráticas. Sabíamos (y sabemos) que nuestro país ha pasado una de las peores crisis económicas de su historia, que a día de hoy se trabaja más horas que en 2008 y se cobra menos. Todos los españoles tenemos a un familiar o a un amigo que se tuvo que marchar del país por falta de expectativas laborales y sabemos que casi una tercera parte de la población española vive en permanente riesgo de exclusión social. España es un país que vive en un estado de emergencia social que necesita de un Gobierno que aborde sin cortapisas el modelo de país que queremos construir.

En la Unión Europea vivimos un momento crítico para el proyecto de integración democrática. El acuerdo que se ha firmado con Turquía para la deportación de refugiados contraviene la legislación internacional en materia de derecho al asilo y ahonda en un proyecto de Europa que traiciona sus propios principios. El derecho al asilo está contenido en el Artículo 18 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Algunos estados miembros, entre ellos nuestro actual Gobierno en funciones, llevan meses bloqueando cualquier otra solución que no sea la propuesta de Donald Tusk, el mismo que dijo .... De esta manera, se da la paradójica situación mediante la cual las ciudades del cambio piden acoger refugiados, disponen de los medios para asumirlos y el Gobierno central se lo niega. A lo largo del país se organizan iniciativas donde se recaudan fondos para ayuda humanitaria, se organizan redes de voluntarios a Lesbos e Indomeni, mientras Mariano Rajoy acepta el acuerdo de la vergüenza. Otra vez más la sociedad española le toma la delantera a su gobierno.

Sabemos que hay una mayoría de gente que en las elecciones generales votó para terminar con los recortes, los desahucios y para poner freno a la corrupción. Con ese mandato de la ciudadanía entramos en las instituciones y con ese mismo mandato propusimos al PSOE un Gobierno de cambio que revierta las políticas antisociales del Partido Popular. Si el PSOE hubiera querido formar ese Gobierno, a día de hoy podríamos haber frenado el acuerdo UE- Turquía, poner en marcha medidas de rescate ciudadano frente la emergencia social o desarrollar políticas de cambio para este país hace ya cien días.

Aún no es tarde, y el PSOE tiene en su mano aún la posibilidad de elegir entre un Gobierno de cambio o el enésimo intento (probablemente infructuoso) de más de lo mismo, tal y como refleja el programa pactado con Ciudadanos. La mano sigue tendida, pero deben terminar el teatro y la indefinición. Nuestro país necesita menos espectáculo y más acuerdos para mejorar la vida de la gente corriente.

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