En corto y por derecho

Plasma alfabético de Rosón

Rubén Rosón Fernández, concejal de Somos al frente del área de Economía y Empleo (economía, hacienda; promoción económica y empleo; promoción del medio rural; industria; turismo y congresos, comercio y mercados, según la prolija y poco transparente página web del Ayuntamiento) de Oviedo, quiere acabar con su fama de político con katiuskas que se mete en todos los charcos del tripartito y, últimamente, hace sus declaraciones por escrito, una forma de plasma alfabético.

El miedo a meter la pata coincide con los nervios a la mano tendida por Agustín Iglesias Caunedo, exalcalde no electo de Oviedo y líder intermitente de la oposición popular, que ha ofrecido pactar con cualquiera siempre que sirva para acabar con el gobierno del tripartito. Aunque Caunedo, por decirlo en términos de política nacional, "no suma", con el apoyo de Ciudadanos tendría trece concejales, lo que le dejaría a uno de la mayoría. Dado que el gobierno municipal de Oviedo es trino y trina y están que trinan unos con otros, bastaría un solo concejal que estrechara la mano tendida para destripar el control de la ciudad. La propuesta caunediana ha servido para que los que trinan ni píen y para unir lo que tiende a separarse y aumentando las cautelas. Queriendo quitarse de encima el prefijo, el exalcalde ha fabricado el pegamento que los tres del tripartito venían echando de menos desde hacía unos cuantos meses y hasta ha conseguido la cabriola de sumar a un cuarto en su contra, porque tampoco Ciudadanos está por la labor.

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