Alberto Menéndez

Cinco semanas

Quedan sólo tres semanas para el inicio de la campaña electoral y cinco para la celebración de las elecciones del 26 de junio y es como si los diferentes partidos políticos no quisiesen hacer demasiado ruido y pasar más o menos desapercibidos, conscientes del desbarajuste político al que han llevado al país en los últimos tiempos, incapaces de llegar a ningún tipo de pacto para facilitar la gobernabilidad de España.

Teniendo en cuenta la cercanía de los comicios, es evidente que la actividad de los partidos está bajo mínimos. Un reconocimiento implícito por parte de todos ellos de que no han sabido, o querido, o podido, cumplir con las expectativas de la ciudadanía; que le han fallado, que han primado sus intereses particulares por encima de los generales. Todos, sin excepción, tanto los grupos tradicionales como los emergentes. Más de cinco meses repitiendo unos y otros, una y tras vez, lo mismo sólo puede llevar al hartazgo de los españoles.

La sensatez debería conducir a los partidos a mantenerse al ralentí y, sobre todo, a controlar los gastos. No sería de recibo que después de tantas idas y venidas, con una larguísima precampaña y una intensa campaña el pasado año, de reuniones y más reuniones partidistas, y plenos y más plenos del Congreso, ahora repitiesen de nuevo todos sus argumentarios en los días que quedan hasta el 26-J como si nada hubiese pasado, como si todo fuese novedoso y como si no hubiesen destinado a toda esta parafernalia baldía ingentes cantidades de dinero.

En su mano está no exasperar más a los ciudadanos. Sólo hace falta que eviten los excesos, ¡qué ya bastantes ha habido en los últimos meses! Eso sí, para lograrlo no estaría de más que los políticos se mostraran más imaginativos, que para nada quiere decir más demagógicos y populistas.

Compartir el artículo

stats