Por fin los integrantes de la candidatura asturiana de Unidos Podemos han aparecido juntos en un acto. Tras los constantes encontronazos de las últimas semanas entre los máximos responsables regionales de Podemos e IU, ayer, al menos de puertas afuera, se firmó la tregua entre ambas organizaciones. Falta por saber si el armisticio va a ser corto, largo o incluso definitivo, un supuesto este último muy poco probable dados los antecedentes.
El partido morado y la coalición de izquierdas liderada en Asturias por Manuel G. Orviz no están en estos momentos en la misma onda política. Otra cosa es que los intereses nacionales de sus respectivas organizaciones no les dieran otra opción que la de la confluencia electoral, sobre todo a IU, que en todo el proceso de confección de listas se consideró minusvalorada e incluso, en ocasiones, humillada por los representantes de Pablo Iglesias en la autonomía.
Pero a poco más de cuatro semanas para la celebración de los comicios a unos y a otros no les quedaba otra opción que aparcar públicamente sus diferencias y aparecer con aparentes buenas caras y unidos en el acto oficioso de inicio de la campaña electoral. Y qué mejor lugar para hacerlo que Langreo, un municipio simbólico en el que un pacto entre ambas organizaciones arrebató la Alcaldía al PSOE, aunque este partido había sido el más votado.
También escenificó ayer la derecha asturiana, PP y Foro, su aparente buena sintonía en dos actos conjuntos en Siero y Corvera, aunque ciertamente las profundas heridas de más de cuatro años de duros enfrentamientos no cicatrizan así como así y en varios concejos el acercamiento ya resultó imposible hace cinco meses, con ocasión de los comicios del 20-D, y sigue siendo inviable ahora. Y no sólo es cuestión de militantes de base, también hay muchos dirigentes de los dos partidos que rechazan cualquier tipo de acuerdo entre ambas formaciones. Lo que buscan las direcciones regionales del PP y Foro es trasladar una imagen de unidad de ahora al día 26.
