Portavoz de IU en la Junta General del Principado

El liderazgo que Asturias necesita para una nueva etapa

Una visión crítica del último año del Gobierno de Javier Fernández

En julio del pasado año, Izquierda Unida suscribió un acuerdo de investidura con la FSA, que partía de la visión compartida de la necesidad de que el futuro gobierno de Asturias fuera investido con el más amplio apoyo posible de la izquierda, lo que le permitiera orientar su acción política hacia la defensa de las personas más vulnerables, la regeneración política, el mantenimiento de los servicios públicos para facilitar el bienestar colectivo, el impulso al empleo y al desarrollo social y económico de nuestra Comunidad, y hacia la defensa de las prioridades de Asturias ante el Gobierno central.

Ese acuerdo, fruto de una intensa negociación, se completó con el dialogo y un preacuerdo sobre el proyecto de presupuestos para el año 2016. Izquierda Unida, ejerciendo su labor de oposición constructiva de programa y de gobierno, sostuvo este acuerdo con un doble objetivo. En primer lugar, garantizar la suficiencia financiera para el desarrollo de los compromisos de investidura, en especial los que hacían referencia a la garantía social y defensa de las personas económicamente más vulnerables, la defensa de los servicios públicos y el reforzamiento de la cultura y la lengua de Asturias. En segundo lugar, evitar la prórroga presupuestaria, no sólo por lo que tiene en si misma de negativa al limitar las inversiones a las de carácter plurianual y no permitir nuevas inversiones, sino también para evitar que se mantuvieran durante 2016 los mismos presupuestos que fueron pactados en 2015 por la FSA y el PP y sustituirlos por otros que tuvieran una orientación claramente de izquierdas.

Esta semana se ha cumplido precisamente un año desde que se produjo la investidura de Javier Fernández. Independientemente de la valoración cuantitativa que podamos hacer de los acuerdos suscritos, el balance de este año no puede ser complaciente. Ha habido demasiadas resistencias al cambio y no se ha apreciado capacidad de desempeñar el liderazgo que Asturias necesita en este momento.

El Gobierno de Asturias no puede conformarse con representar un papel de resistencia en su relación con el Parlamento y con la sociedad civil, debe enfrentarse de una vez a su principal reto: generar en Asturias una mayoría de cambio. Nuestra comunidad no se puede permitir un gobierno acomodado a la mera gestión de lo cotidiano que renuncie a la acción política. Se necesita un ejecutivo conectado con la movilización social. Los problemas de Asturias no se atajan desde la gestión burocrática, hace falta tejer acuerdos en dos canales paralelos e imprescindibles: gobernabilidad desde una mayoría plural de izquierdas y cooperación con los movimientos ciudadanos. Hasta ahora, si exceptuamos el acuerdo de concertación, el pacto contra la violencia de género y poco más, las sombras se imponen a las luces.

Quedan tres cuartas partes de la legislatura aún pero no es cuestión de perder el tiempo. Se debe abrir una nueva etapa ya, que deje atrás el modelo actual de gobierno débil, de bajo perfil, a la defensiva e incomunicado casi siempre con la sociedad. El Presidente de Asturias y su equipo deben comportarse como políticos que transmiten impulso y no como administradores de inercias.

Esta debe ser una legislatura frente a la derecha, en la que se imponga una agenda de cambios de izquierda en Asturias. Ese es el empeño de IU desde hace un año y permanece vigente, si bien es cierto que la declarada aceptación conformista y contemporizadora de Javier Fernández con la permanencia del enemigo de Asturias Mariano Rajoy al frente del Gobierno del Estado, resulta inexplicable y parece un intermitente que señala la dirección contraria.

Sólo hay una alternativa a ese cambio, la colaboración con el programa regresivo en lo fiscal, en lo social y en lo económico que plantea la derecha asturiana encabezada por el Partido Popular. Que no cuenten con nosotros para ese viaje. Ni tampoco para aplaudir las dinámicas de confrontación permanente y guirigay en el polo progresista, en beneficio de una derecha encantada con esa tesitura para reforzar sus posiciones sin el menor esfuerzo ni compromiso.

Si se mantiene la situación de bloqueo político, nos encontraremos por tanto ante un fracaso compartido de todas las fuerzas políticas del espectro de la izquierda .Pero será sobre todo el fracaso del Gobierno de Asturias y de su Presidente, si no son capaces de de liderar una agenda audaz que permita alcanzar el entendimiento de las izquierdas..

En el corto plazo, el ejecutivo debe elaborar y presentar un Presupuesto para el año 2017 susceptible de conseguir el aval de la mayoría de izquierdas de la Cámara. Para ello debe corregir sus inercias y concienciarse que necesita cambiar algunas de sus actitudes. Es indispensable para abrir una nueva etapa cuya necesidad es apremiante. Entre tanto, IU reforzará su condición de oposición exigente y comprometida con Asturias, trabajando para lograr esa necesaria mayoría de izquierdas.

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