Esperanza Aguirre Gil de Biedma, condesa consorte de Bornos con grandeza de España, lideresa del grupo municipal del PP de Madrid, expresidenta autonómica y exministra, azote de agentes de movilidad ciudadana y automovilista aficionada, se libró de otro lío esta semana en Pravia. Fue a comprar ropa, complementos y queso al mercadillo de su localidad de veraneo, tal vez para recordar aquella época en la que siendo presidenta de la Comunidad de Madrid confesó que no llegaba a fin de mes, y fue a ir precisamente en un momento de cierta zozobra entre los vendedores por la pretensión del Gobierno del Principado de poner freno por vía regulatoria a los mercados "sin valor añadido". En un primer momento no sabían muchos si tenían de aquello. Luego resultó que los semanales y tradicionales y artesanales, como el de Pravia, se van a librar. Esta vez falló el fino olfato de Esperanza para los líos, aunque olfato tenga y lo esté poniendo a prueba, porque compró cabrales.
En corto y por derecho
