No es racional que la edad de jubilación siga subiendo. No es lógico ni justo, porque las personas tienen derecho a disfrutar de un periodo de retiro suficientemente largo. Y, si se sigue con esta dinámica, una considerable parte de la gente morirá al poco de jubilarse o incluso antes. Aunque haya subido la esperanza de vida y la longevidad en promedio, esto no significa que sea razonable la propuesta del Bundesbank de subir la edad de jubilación en Alemania para el 2060 a los 69 años. Hasta Merkel ya ha dicho que van a continuar con la jubilación a los 67 años. A mi juicio, lo más razonable es que los 65 años fuera la edad máxima para jubilarse.

Es verdad que en España y en otros países se ha legislado y se está en la línea de Alemania. No me parece apropiado, porque existen otros mecanismos para no subir la edad de jubilación o retiro.

Por ejemplo, el aumento del porcentaje con el que contribuyen los trabajadores a su jubilación y subiendo impuestos a los más ricos y a las multinacionales y grandes empresas. Se puede subir la contribución de los trabajadores del 18,7% al 28 %. De esta forma, no será necesario ni indispensable subir la edad de retiro. Las cosas se pueden arreglar para que esto sea algo realizable ajustando los impuestos y la contribución de los trabajadores y de los autónomos y empresas. El sostenimiento de las pensiones es cuestión de todos, pero en función de las posibilidades reales de cada ciudadano o empresa.

La sociedad está envejeciendo a nivel mundial. Al menos en los países desarrollados, y esto mismo es la clave junto con el descenso de la natalidad. Pero en la sociedad digital, en la que ya estamos inmersos, existen cauces tecnológicos cada vez más potentes y sofisticados para aumentar la riqueza y la producción de bienes y servicios. Y los avances de la era digital seguirán produciéndose muy rápido.

La distribución más igualitaria de la riqueza y del trabajo es la gran asignatura pendiente de la sociedad occidental. Si hubiera más igualdad económica entre los ciudadanos el problema planteado por el creciente envejecimiento poblacional no supondría un problema casi insoluble para garantizar una edad máxima de jubilación que estuviese en los 65 años. Lo que no puede ser es que se quiten años de tiempo de merecido descanso a los ciudadanos por motivos económicos que pueden ser solucionados con determinados procedimientos ya indicados.

Considerando también que un cierto número de personas ni siquiera llegan a jubilarse porque mueren antes. Está claro que el tema de las pensiones y de la edad de jubilación depende, en gran medida, de los grandes desajustes y desigualdades producidos o causados por el neoliberalismo capitalista actual. La racionalidad y los valores éticos están por encima de las cuestiones económicas.