Me gustaría hacer una pequeña reflexión a raíz de la situación en la que todos los ciudadanos nos vemos inmersos. Yo soy una de esos miles de jóvenes tremendamente desencantados con la política, pero conscientes a la vez de que son los políticos, con sus decisiones, quienes condicionan nuestro futuro.

Hace ya casi un año se celebraron elecciones generales, que, tras los plazos legales entre reuniones, pactos entre partidos, ejecutivas y falta de acuerdos, llevaron a unas segundas votaciones que, a la vista de los últimos acontecimientos (falta de comunicación y desacuerdos políticos entre los distintos partidos), parecen encaminarnos a unos terceros comicios. "Comicios", palabra más que acertada para definir lo que, a mi criterio, nos está sucediendo.

¿Qué opinaría cualquier persona si un trabajador (camarero, sanitario, maestro, operario, abogado...) se dedicase, al llegar a su puesto de trabajo, a discutir con sus compañeros o equipo cómo deberían plantearse la jornada laboral? Imaginemos el servicio de urgencias de un hospital donde los trabajadores de cada turno se pasasen las ocho horas decidiendo por cuál paciente han de comenzar, a quién le corresponde o no determinadas tareas, cómo actuar en posibles imprevistos... mientras los enfermos se acumulan en la sala de espera.

O en materia de educación, ¿qué pensaríamos si los maestros de nuestros hijos se reuniesen día tras día, en el horario escolar, para decidir si antes les enseñan a sumar, o mejor utilizan la calculadora, si es necesario que se aprendan la tabla..., mientras los alumnos permanecen en las aulas esperando? De este modo podríamos citar todos los ámbitos laborales.

Y si esas situaciones se repitiesen diariamente porque no se había llegado a ningún acuerdo, después de unos 265 días, ¿estaríamos los ciudadanos dispuestos a pagarles el sueldo a esos "trabajadores"?

¿Es justo cobrar por el trabajo que no se realiza? Supongo que no.

¿Es justo que nuestros políticos sigan cobrando por gobernar un país (que sigue sin Gobierno) mientras los ciudadanos esperamos una solución a situaciones de incertidumbre económica, paro, corrupción, presiones de la CEE...?

Ésta es la reflexión que plantea una joven universitaria que posiblemente tenga que salir de su país para buscar un futuro laboral.