Delegado sindical en la Junta de Personal de Funcionarios USIPA

Incendios y zonas acotadas al pastoreo

Consecuencias de la revisión de la ley de montes y ordenación forestal

Arranca el "otoño político" en Asturias y parece que lo hace con la urgencia de modificar la Ley 3/2004, de 23 de noviembre, de montes y ordenación forestal, pero sólo en su capítulo XIV -Infracciones y sanciones- y en el artículo 66.2 de su capítulo VIII -Incendios forestales-, éste último en la línea de despenalizar el pastoreo en zonas acotadas (zonas en las que después de un incendio forestal se prohíbe el pastoreo) y que, en la práctica, significará que los "acotados" no tengan razón de ser.

Como sindicato independiente de mayor implantación en la Guardería del Medio Natural en Asturias, en USIPA sabemos que los "acotados" al pastoreo se han mostrado como una herramienta eficaz en la lucha contra los incendios forestales en Asturias, la pérdida de suelo y su posterior regeneración.

Por tanto, nos vemos en la obligación de trasladar a la sociedad asturiana nuestro malestar y nuestra preocupación por las nefastas consecuencias que, de llevarse a cabo, conllevarán las modificaciones que proponen algunos de nuestros políticos. (En fechas próximas, el asunto se debatirá en la Junta General del Principado).

Los Agentes del Medio Natural somos trabajadores del Principado de Asturias que tenemos la condición de agentes de la autoridad en el ejercicio de nuestras funciones -amparados por la legislación de montes tanto autonómica como estatal- cuyo deber es hacer cumplir precisamente lo que las leyes autonómicas y estatales regulan en materia forestal. No parece competencia nuestra, por tanto, posicionarnos sobre ninguna modificación del articulado de la mencionada ley, que correspondería a otros estamentos de nuestra administración.

Sin embargo, tras años de esperar que "nuestros políticos" revisaran una ley de montes y ordenación forestal que data de 2003 y que el tiempo ha revelado que necesitaba corregir errores, tras años de evidenciar la incapacidad de aquéllos para desarrollar esa ley con su respectivo reglamento -causa de la propia ambigüedad que genera-, no deja de sorprendernos comprobar cómo en pocos meses y por la vía de urgencia se va a modificar un artículo muy concreto por la presión de un sector de la población muy definido.

Parece ser que esta urgencia responde a la gran cantidad de superficie quemada en diciembre de 2015 y enero de 2016 que obligaría a acotar al pastoreo muchas hectáreas de montes en el Principado de Asturias. Los datos aportados, entre otros, por los Guardas del Medio Natural que desarrollan su trabajo en las Brigadas de investigación de incendios forestales revelan que más del 65% de los incendios se podían haber evitado por cuanto fueron provocados, al parecer, para generar pastos de manera incontrolada.

Recordar que, hasta hoy, es trabajo y deber de los Guardas del Medio Natural hacer cumplir de manera profesional el artículo ya citado, como también lo son las tareas de vigilancia y la denuncia de los infractores, lo que ha generado malestar e incluso enfrentamientos -a veces, incluso llevados al terreno personal- por ganaderos y otros colectivos disconformes con la norma.

Nuestros políticos y, particularmente, aquellos que pretenden modificar el mencionado articulado deberían preguntarse la causa última de que se provoquen incendios de manera intensiva en condiciones meteorológicas muy favorables al fuego. Pero, sobre todo, no deberían olvidar el riesgo que supuso no sólo para los Agentes del Medio Natural, para los bomberos y para el resto de los trabajadores que participamos en la extinción de aquellos incendios, sino para la población en general de las zonas devastadas.

El levantamiento de los "acotados" pretendido con el cambio de la norma parece llevar implícita una especie de "despenalización" de los incendios forestales, con lo que comporta de riesgos para la población, la sociedad y el medio ambiente.

Porque nadie mejor que los guardianes de nuestros montes -los Agentes del Medio Natural- para testimoniar cómo los incendios incontrolados están acabando con uno de nuestros mayores tesoros: la naturaleza; y cómo la falta de una gestión sostenible de aquéllos nos está encaminando sin remisión hacia esos paisajes desoladores que han sido fruto de las llamas.

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