Miguel Ángel Revilla Roiz, presidente de Cantabria, hizo el pasado miércoles, en el acto solemne que conmemoraba la Fiesta de la Hispanidad en Madrid, un sentido homenaje a la patria, argumentable con la certeza de que nada hay más español que un español haciéndose notar en público, especialidad ésta por otra parte muy del gusto de Revilla. Llovía y el presidente cántabro aparentaba normalidad en la tribuna de autoridades departiendo con lo que vendría siendo ahora mismo la autoridad en el PSOE, la presidenta de Andalucía, Susana Díaz Pacheco, y el presidente doble de Principado y gestora, Javier Fernández Fernández. No podía éste aguantar la risa viendo a Revilla plastificado en un chubasquero transparente de cuerpo entero que realzaba su figura esbelta. El cántabro dijo después que la prenda se la habían dado a todos y que sólo él pensó, con su capacidad abrumadora para la lógica, que aquello era para ponérselo si llovía. Y que como llovía, pues se lo puso. Revilla es transparente, como su chubasquero.
En corto y por derecho