Los países ricos han demostrado una absoluta falta de liderazgo y responsabilidad al dejar que sólo 10 países -que representan menos del 2,5% del PIB mundial- reciban al 56% de la población refugiada del mundo (21 millones de personas). Es algo que contribuye a que se agudice la crisis mundial de personas refugiadas y solicitantes de asilo. Mientras muchas de las personas refugiadas en Grecia, Irak, la isla de Nauru o la frontera entre Siria y Jordania necesitan con urgencia un hogar, otras en Kenia y Pakistán sufren un hostigamiento cada vez mayor por parte de los gobiernos.

¿Qué implica que sólo 10 de los 193 países del mundo alberguen a más de la mitad de las personas refugiadas? Pues implica que unos pocos países se ven obligados a hacer mucho más de lo que les corresponde, sencillamente por su proximidad a zonas de crisis. Esta situación es intrínsecamente insostenible y aboca a un sufrimiento y miseria intolerables a los millones de personas que huyen de la guerra y la persecución en países como Siria, Sudán del Sur, Afganistán e Irak.

También implica que si no actuamos, morirá gente, ya sea ahogada, por enfermedades prevenibles adquiridas en campamentos o centros de detención, o al ser obligadas a regresar a las zonas de conflicto de las que huyeron.

Amnistía Internacional ha puesto en marcha la campaña "Yo acojo", que pretende conseguir un compromiso internacional para compartir la responsabilidad de garantizar la protección de estas personas. A lo largo de la campaña la organización pedirá a los líderes mundiales que acepten un porcentaje equitativo de personas refugiadas de acuerdo a su capacidad de acogerlas. Además del aumento del número de personas refugiadas que acojan los estados, se pedirá a los líderes mundiales que aprueben inversiones adecuadas para cubrir sus necesidades básicas, y que se facilite apoyo económico significativo a los países que acogen a un mayor número de refugiados y refugiadas. El mundo no puede seguir dejando que los países de acogida se vean saturados debido a su proximidad con países en crisis, sin recibir ningún tipo de ayuda.

Los líderes mundiales han sido totalmente incapaces de acordar un plan para proteger a los 21 millones de personas refugiadas del mundo. Pero, cuando los líderes fracasan, las personas, a través de campañas como "Yo acojo", deben actuar para recordarles que no se trata sólo de un tema de cantidad de personas refugiadas acogidas, sino de que muchos de los países más ricos son los que menos de estas personas reciben y los que menos están haciendo. Algo que no se puede tolerar.