Hay gente en el PSOE que no lleva bien eso de la abstención. Le pasó el otro día a la presidenta del Parlamento extremeño, Blanca Martín, que obligó a repetir hasta dos veces un votación porque, por alguna razón, se le metió en la cabeza que una abstención es lo contrario que un no es no, cuando en realidad es un tácito "a mí plin", o un "tú corre, que ya llegará Paco con la rebaja", un "ni fu ni fa", un "ni sí ni no", un "allá tú". Se votaba una propuesta de Podemos para instar al Gobierno central a eliminar el PER. Votaron ellos (los de Podemos) que sí (6 votos), PP y Ciudadanos que no (29 votos) y el PSOE -parece que le ha cogido gusto- se abstuvo, otros 29 votos. Había salido el no, claro, pero la presidenta, erre que erre, que había empate, pese a los ojos como platos de los portavoces. "La interpretación la hago yo", dictó. Y a repetir la votación. Hasta que, viendo que no salía del blucle, uno del no se pasó a la abstención -¿proverbial?- y así se rompió el inexistente empate. Abstención, discutida y discutible.