¿Se puede perder la humanidad? Si la humanidad es la esencia del ser humano, ¿podemos vivir sin ella?

Ahmad llegó a la isla griega de Quíos el 5 de mayo. Cuando le conocí llevaba ocho meses viviendo en una tienda de campaña en el campo de refugiados de Souda, Quíos. Fue él quien me dijo por primera vez "I demand my humanity". Para Ahmad, llegar a Europa había significado no sólo la pérdida de sus derechos, su tiempo, sus sentimientos, pero, y sobre todo, la pérdida de su humanidad.

En el campo de refugiados de Souda viven aproximadamente unas 1.300 personas, incluidos un gran número de niños y niñas. Las tiendas de campaña se han convertido en casas permanentes. Sin calefacción. Sin agua caliente. Sin electricidad. Los días pasan, las organizaciones humanitarias y grupos de voluntarios y voluntarias distribuyen comida, compresas, pantalones, jerseys, pañales, etcétera. Ahmad dice: "Duele cuando recibes algo sin poder dar nada a cambio... sentir que hay unas manos sobre ti que te controlan, mientras que las tuyas están atadas". Un sello rojo en sus papeles les impide salir de la isla, a la espera de que se resuelvan sus procedimientos de asilo o que se les reubique en otro país europeo. "Esperar duele".

Ahmad es un refugiado que, como muchos otros y otras, ha perdido su humanidad en Europa.