En corto y por derecho

El BOE y la amena lectura

Gravemente preocupados por los resultados de los estudiantes españoles en la prueba PISA, los responsables políticos se han puesto manos a la obra a través del instrumento de acción política por antonomasia: el "Boletín Oficial del Estado" (BOE). Los resultados ya saltan a la vista, porque los últimos datos de la prueba parecen demostrar que los alumnos patrios han mejorado en su comprensión lectora, con lo cual ya se encuentran por primera vez en la media de los países de la OCDE. El desvelo de los gobernantes es tal que basta echar un vistazo a la orden ministerial del pasado 22 de diciembre, que establece cómo será la prueba de acceso a la Universidad, para comprender que ese espíritu de mejorar la comprensión lectora empapa todo cuanto emana del Gobierno. Cualquier estudiante de Bachillerato que quiera conocer a qué tipo de examen se enfrenta puede leer párrafos como el siguiente: "Las matrices de especificaciones establecen la concreción de los estándares de aprendizaje evaluables asociados a cada uno de los bloques de contenidos, que darán cuerpo al proceso de evaluación. Así mismo, indican el peso o porcentaje orientativo que corresponde a cada uno de los bloques de contenidos establecidos para las materias objeto de evaluación, de entre los incluidos en el Real Decreto 1105/2014, de 26 de diciembre".

Al ya tradicional esmero por expresarse de manera ininteligible, juristas y políticos se esfuerzan en ir más allá para elevar aún más el grado de comprensión lectora del país, hasta conseguir que leerse de un tirón una tarde el "Ulises" de Joyce resulte ya de una simpleza irrisoria.

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