Escribo estas palabras asombrado por la tomadura de pelo que en estos momentos se quiere hacer en Gijón por parte de Podemos en referencia a la estación intermodal. Acabo de escuchar a un concejal de Podemos asegurar que si no se puede hacer la obra tal y como está proyectada apoyarían dejar la estación provisional como larga distancia y la nueva al lado del Museo del Ferrocarril para cercanías y autobuses.
En este momento ya considero que los representantes de la nueva política nos están tomando por incultos. Durante años, y han sido muchos, las críticas vertidas por toda, y digo toda, la sociedad gijonesa cuando teníamos a las estaciones de Gijón Jovellanos y la Central de Gijón fueron de muchas a totales. Nadie concebía tener una estación abandonada por su poco uso, pues la larga distancia en Gijón, por mucho que queramos, no genera el suficiente movimiento, a unos pocos de metros de la Gijón Cercanías, totalmente abarrotada, de Renfe y Feve.
Ahora, con la disculpa de ahorrar 180 millones, quieren volver a tener dos estaciones separadas por menos de 500 metros con la justificación incluso de que se excavaría menos y sería más factible hacerla a la larga.
No, señores de Podemos. No. Las medias tintas, no. O ustedes quieren convertirse en paladines de la sociedad y defienden como todos los demás partidos la función de una estación intermodal central, céntrica y con todos los servicios juntos, o no se aventuren a hacernos creer a los gijoneses que volvamos otra vez a tener dos estaciones de tren en menos de un kilómetro. Por mucho que nos digan que van a estar unidas entre sí por superficie. Y no busquen pensé que, o creí que. Eso, en cualquier lugar del mundo, se llama improvisación para quedar bien sin saber lo que se está diciendo.
A no ser, eso sí, que sean ustedes miembros de una sociedad secreta llamada hipocresía. Déjennos a los gijoneses de babayadas y luchen por lo que hemos pedido siempre. Una estación en el centro donde coger un autobús, un cercanías, un taxi y el AVE a Madrid.
