El congreso regional del Partido Popular de Asturias promete un mes de grandes emociones y mucha diversión de aquí a que el 18 de marzo, en el hotel de la Reconquista, la gran reunión final ponga punto final a un proceso de puro entretenimiento. Puede que no me crean, y de verdad que yo entiendo que no me crean, pero el asunto no ha empezado mal desde el punto de vista del espectáculo. El miércoles por la tarde, a eso de una hora y algo para el comienzo del partido de la Liga de Campeones entre el Real Madrid y el Nápoles, el PP hizo junta directiva regional para convocar el congreso. Se trataba de votar cómo votar y otras cosas interesantes de esas que se votan en las reuniones de los partidos políticos y le correspondía leer el reglamento al secretario de organización. Luis Miguel Venta Cueli llegó hasta ese punto en el que debió repasar, concejo por concejo, la ensalada de números de compromisarios que corresponden a cada uno y que el 10 de marzo deben ser elegidos en cada junta local. Son 78. Imaginen la escena: "Allande, 3; Aller, 13; Amieva, 2; Avilés, 40; Belmonte de Miranda, 6; Bimenes, 3...". Venta no pudo más y a eso de la mitad del recuento dijo exactamente lo que se espera de un líder político en un momento como aquél: "Si hay alguna línea...".

Siguió para bingo, pero habiendo relajado un poco el ambiente de tensión que se cortaba en la sala por el combate que se avecina entre la jefa de Venta y defensora del título de presidenta del PP asturiano, Mercedes Fernández González, llamada "Cherines", y la aspirante, la líder del partido en Avilés Carmen Rodríguez Maniega. Es verdad que a ésta no le hizo tanta gracia que el reglamento se leyera, dijo después, rápido, "atropelladamente". Se ve que no le gusta el fútbol. O será del Barça.