Ésta es una sencilla carta de despedida para aquellos pacientes del centro de salud de La Corredoria a los que tuve el gusto de prestar atención sanitaria durante los últimos diez años en los que permanecí como médico en dicha población.

Debido a lo precipitado de mi jubilación, no puede despedirme de muchos de ustedes de manera personal. Por tanto, quiero que sepan que me he sentido muy a gusto entre ustedes y muy honrado de que confiaran a mi persona sus necesidades sanitarias. Espero haber respondido de manera positiva a esta confianza y haber dado respuesta, al menos, a algunos de sus problemas de salud.

Les animo a continuar buscando en su nuevo médico de familia a aquella persona en quien se puede confiar para encontrar la mejor solución a todas aquellas inquietudes, problemas y necesidades sanitarias que en el futuro les afecten.

Muchas gracias y hasta siempre, La Corredoria.