La columna del lector

Jornada continua en Ibias

Soy Cristina, una de las alumnas de 4.º de la ESO del CPEB Aurelio Menéndez. Puesto que vivo a 16 kilómetros de San Antolín de Ibias me gustaría que el centro educativo en el que estudio hiciera un cambio de horario para equipararlo a otros institutos. Nuestro horario escolar es de jornada partida; esto tiene algunas ventajas, como madrugar menos, ya que la gran parte del alumnado vivimos en pueblos, pero también tiene sus inconvenientes: llegamos a casa tarde, a las cinco de la tarde, cansados, con pocas ganas de hacer los deberes y de estudiar, y, vamos, que el tiempo nos sabe a poco o a casi nada.

La jornada continua nos proporcionaría más tiempo y, por extensión, nuestro rendimiento escolar mejoraría considerablemente. Estaríamos menos cansados y aumentaría la posibilidad de realizar actividades extraescolares y de mejorar nuestras relaciones sociales y familiares. Además, es preferible tener que madrugar, ya que está comprobado que el rendimiento es mucho más rentable en las primeras horas del día y no después de comer, cuando, reconozcámoslo, todos soñamos con la siesta. En mi humilde y adolescente opinión creo que es una propuesta bastante interesante teniendo en cuenta que cada año hay más deberes, más datos, más responsabilidades, más estrés, y gestionar todo eso llegando a las seis a nuestra casa, pues eso, genera más estrés.

Compartir el artículo

stats