El pasado 12 de marzo un editorial de este periódico afirmaba que "A los asturianos apenas les costaría unos minutos ponerse de acuerdo sobre las obras urgentes", para añadir a continuación, y como crítica a los partidos políticos que "llevan dos meses intentando infructuosamente cerrar un pacto que consiste únicamente en confeccionar un listado de obras". La primera pregunta es ¿Cómo que "únicamente"? ¿En serio alguien cree que estamos ante un asunto tan ligero? Digo más, aparte de la incomprensible parcialidad de dejar al margen de toda responsabilidad al Gobierno de Asturias para que la culpa recaiga en los partidos políticos, insisto: ¿En serio alguien puede creer que es posible y hasta fácil poner de acuerdo a quien, por ejemplo, no quiso nunca ni quiere el AVE con quien sí lo quiere? ¿O a quien quiere un AVE de verdad, que cumpla los requerimientos del ferrocarril de alta velocidad de la Unión Europea, como los que existen en el resto de España sobre ancho de vía internacional, con aquellos que se conforman con las decimonónicas vías de ancho ibérico, que dejan a Asturias aislada ferroviariamente del resto de Europa?
Respetando, como no puede ser de otra manera, la libertad de opinión de cualquier editorial, me resulta aún más incomprensible su publicación en el mismo periódico que unos días antes informaba de que "Valencia plantea un corredor ferroviario con el Cantábrico que excluye a Asturias". Y ¿por qué excluye a Asturias? Pues porque tal y como recogía a continuación este mismo periódico "Asturias no está en disposición de conectarse ahora por el lastre que supone el que la línea de tren que cruza la cornisa sea de ancho métrico y no internacional". ¡Claro! Es que esa es la cuestión, no hay otra, porque o vamos a lo que suscribimos en esta materia en el acuerdo de coalición PP-Foro, firmado por Mariano Rajoy y yo misma, o cualquier otra cosa nos deja fuera del siglo XXI. Y ese acuerdo, repito, firmado y por cierto, refrendado por la inmensa mayoría de los asturianos, lo que en cierto modo le da la razón a este periódico en aquello de que "a los asturianos apenas les costaría unos minutos ponerse de acuerdo sobre las obras urgentes", dice literalmente:
1. Suprimir de manera urgente el denominado "fondo de saco" de la nueva estación ferroviaria de León para corregir sus efectos penalizadotes sobre los tiempos de recorrido de la línea de alta velocidad Madrid-Asturias.
2. Acondicionar en ancho internacional el tramo León-La Robla, para conectar la Variante de Pajares a la Red Europea de Alta Velocidad ferroviaria, y trasladar el cambiador de ancho a Pola de Lena.
3. Poner en servicio en ancho internacional los dos grandes túneles de la Variante de Pajares (La Robla-Pola de Lena), uno de manera inmediata y lo antes posible el segundo.
4. Contemplar los estudios informativos de los tramos Pola de Lena/ Oviedo/ Gijón-Avilés en Asturias, manteniendo la centralidad de las estaciones afectadas por la circulación del AVE, para combinar su uso con la adecuada red de cercanías.
¿A alguien puede molestar esto? Ya sé que al PSOE sí, por dos razones, la primera porque jamás quiso esta infraestructura, llegando a votar en su contra hasta en 7 ocasiones, (2-12-1993, 26-1-1995 y 8-4-1997, las otras cuatro se corresponden con el voto negativo a los Planes de Infraestructuras del gobierno del PP, que también rechazaron) y seguramente por ello el contrato de adhesión precocinado que nos puso delante la Consejera para recabar nuestra firma es solo una propuesta de AVE "low-cost" incompatible con los 3.600 millones de euros que ya están invertidos en la Variante. Y como quiero ser muy sincera, a la vista de la campaña que arrecia para generar un estado de opinión favorable al trenecito rápido, camuflado de AVE "low cost", es decir, de ancho ibérico, aprovecho para recordar que fue Izquierda Unida el partido promotor de aquella Ley 47/1997, que nació de la primera iniciativa votada en la Junta General pidiendo que se incluyera en el Plan Director de Infraestructuras 1993-2001 la Variante Ferroviaria de Pajares y "dándose a las mismas la mayor prioridad en su fecha de ejecución".
Antes decía que el PSOE tiene dos razones para estar en contra del AVE. La segunda guarda relación con otro ejercicio de sinceridad; la iniciativa de IU no arrancó hasta 1996, cuando con el triunfo del Partido Popular, Francisco Álvarez-Cascos llega al consejo de ministros y pone, por fin, a Asturias, en la agenda de España. Fue mucho lo que este asturiano visionario hizo por Asturias, tanto como para comprender la campaña en su contra que permanece viva entre una izquierda que lleva años poniendo a Asturias de rodillas en aras del interés general de otras CCAA que le generan más escaños. ¿O nos hemos olvidado de quién puso fecha al cierre de la minería?
Mientras yo sea presidenta de Foro me rebelaré ante cada mentira, cada manipulación, cada campaña para convencer a los asturianos de lo que supuestamente es bueno para ellos, cuando solo lo es para la propia conveniencia del que manda. Foro nació para cambiar esa manera de hacer política que tanto daño nos ha hecho; para consensuar ambiciosamente para Asturias que cuenten con nosotros, siempre, para aceptar propuestas "low cost" mientras la Alta Velocidad, la de verdad, se extiende por España dejando a nuestra región al margen, basta con llamar a la FSA.
