La consejera de Desarrollo Rural, María Jesús Álvarez, ha vivido su particular semana "horribilis", que acabó con su reprobación en el Parlamento asturiano. La polilla de la patata se extendió y llegó a Gijón antes de que diera tiempo a empezar a recoger el tubérculo infestado en los concejos afectados del occidente asturiano.

Por si tuviera poco con eso, los ganaderos se concentraron para celebrar el fin del acotamiento de los pastos, exactamente lo contrario del endurecimiento de las medidas defendidas por la Consejera.

Aún sin tiempo para reponerse, en la Junta General salió adelante una moción para que se regule la pesca con kayak, una actividad a la que se había mostrado abiertamente contraria.

Menos mal que se pudo explayar con la ministra Isabel Tejerina, que, al parecer, al menos la escuchó.