Les escribo esta carta como entusiasta usuario de la senda verde de Oviedo que parte del Parque de Invierno hacia Fuso de la Reina. Es un lujo para los ovetenses poder disfrutar de esta ruta que parte desde un punto tan céntrico, sobre todo desde la apertura del túnel que la conecta con el entorno de Santo Domingo. Yo personalmente la disfruto tanto a diario como los fines de semana, bien como paseante como "runner" o ciclista. Sin embargo, desde hace unas semanas, cada vez que paso por ella me asalta la preocupación de que pueda ocurrir una desgracia antes de que se terminen de arreglar las vallas protectoras que discurren a ambos lados de dicha senda en la zona más próxima al Parque de Invierno. Digo "antes de que se terminen de arreglar", ya que a mi modesto entender el aspecto que presentan dichas vallas en su estado actual es de total provisionalidad. Y el problema grave no es el aspecto que presentan, perfiles verticales metálicos con un par de toscos tablones horizontales, sino el grave peligro que se cierne sobre los pacíficos usuarios. Si tanta alarma causan los quitamiedos en las carreteras a las asociaciones de moteros, en este caso nos encontramos también con el arma perfecta para seccionar una pierna, en el mejor de los casos, a cualquier ciclista o patinador que pudiera sufrir una caída por un resbalón o cualquier otra circunstancia. Desde que empezaron las obras, hace un par de semanas, espero con impaciente curiosidad cuál será el aspecto definitivo, pero las obras avanzan a lo largo del asfalto sin que se intuya intención de remate alguna al pobre acabado que presenta actualmente. Esperemos que no tengamos que lamentar una desgracia y que se tomen medidas de manera inmediata por parte de alguien con un poco de sentido común de nuestro Ayuntamiento o de quien sea competencia esta zona de esparcimiento.