No es fácil hacerse con una nave espacial para ir de aventuras, pero está al alcance de casi todo el mundo tunear un coche para que parezca un deportivo. A partir de ahí, cada cual puede añadir la fantasía de la que sea capaz, mejor con la ayuda de un estupefaciente en celuloide. Era tan imprevisible que "Fast & Furious" destronara a "Star Wars" en recaudación como tantas otras cosas de este tiempo que tampoco habíamos previsto. Seguimos en la civilización del coche, de la máquina, del metal, porque de momento es la que mejor le va a los cuerpos. ¿Tiempos otra vez de lo tangible, cansancio de lo virtual, por saturación? Tunear el cuerpo, tunear el coche, darles una velocidad que sea comprensible por los sentidos y por la razón en estado elemental. Detroit recuperado por Trump. ¿Una vuelta atrás o una toma de tierra?, ¿cuánto habrá en el populismo del eterno encanto de lo corriente?
