Mariano Rajoy ha fijado plazos de apertura para todos los tramos ferroviarios de alta velocidad pendientes de acabar en España menos para la variante de Pajares. No es que sea algo trascendente, ya que por lo visto en la historia reciente del país los tiempos de finalización de obras dados por los gobiernos centrales (tanto del PP como del PSOE) son, más que nada, para incumplirlos. Pero eso sí, este calendario es una realidad. Y se ponga como se ponga, diga lo que diga Foro, la razón fundamental, por no decir la única, por la que el jefe del Ejecutivo no concretó nada sobre las comunicaciones por tren de Asturias con la Meseta fue la reciente modificación del proyecto anunciada por el Ministerio de Fomento, a instancias del partido de Francisco Álvarez-Cascos, quien ligó el voto a favor del Presupuesto del Estado de su único diputado a un cambio de vías en la Variante. Había otras opciones de presionar al PP, pero Foro apostó por la más perjudicial para la región.
Que la exigencia de Álvarez-Cascos implica retrasos es algo que no ofrece dudas a nadie, excepto a Foro, claro. Ni al propio ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ni a su antecesora en el cargo, la actual presidenta del Congreso, Ana Pastor. Y el viernes en Sevilla hasta lo ratificó Mariano Rajoy: puso fecha a todos los AVE de España menos al de aquí. Por si alguien tenía alguna duda.
Por cierto, el sobrecoste de la Variante alcanza en estos momentos los 1.657 millones de euros, según datos oficiales. Es evidente que algo no se hizo bien desde el principio en esta obra: desde el proyecto inicial impulsado por Álvarez-Cascos cuando militaba en el PP y era ministro de Fomento. Que ahora sea él el que esté favoreciendo el retraso en la finalización de los trabajos y la puesta en marcha de la Variante no deja de ser algo ¿chocante?
