"Veremos si los expertos a los que el gobierno de Mariano Rajoy ha pedido el informe acaban proponiendo lo mismo que piden algunos sectores del PP. Esto es lo habitual. Se dan unas indicaciones previas, se eligen a los expertos afines y al final lo que se concluye es lo que esperaba que se propusiese. El país merecería otro estilo de hacer política".
Estas palabras las pronunciaba el señor Carlos Monasterio hace cuatro años en relación a los expertos elegidos por Hacienda para abordar la reforma fiscal en España. El mismo que hace unos días se ofendía profundamente cuando se cuestionaba su neutralidad como miembro de la comisión de expertos que actualmente aborda el futuro de la financiación autonómica.
El que dice no hablar desde la política, pese a que su nombramiento se decidió unilateralmente por el gobierno regional -y no por consenso como ocurrió en el resto de comunidades autónomas- y que ha decidido irse a la primera de cambio con argumentos absolutamente afines a los que defiende el PSOE.
¿Será que los expertos que eligen los socialistas son más expertos y más objetivos que si los elige un gobierno del Partido Popular? Se ve que el señor Monasterio opina que sí. Doble vara de medir la de este catedrático asturiano tantas veces propuesto por el PSOE-FSA para trabajos, tareas e informes de experto.
La cuestión es que las hemerotecas sí pueden, en ocasiones, hacernos sentir vergüenza ajena, y no mis críticas a la decisión del experto Monasterio de irse del debate sobre financiación autonómica dejando a Asturias sin voz, cuando es a Asturias a quien representaba, y no al gobierno del PSOE. Para justificarse, presume de currículo, cuando ese currículo puede que acredite su trayectoria académica pero no su independencia, y ahí están las evidencias.
Insiste en que no es político ni milita. ¿Y? Muchos de los que han estado y están acostados a la sombra del socialismo asturiano dicen que no son políticos, pero ejercen; dicen que no militan, pero tienen muchos cargos que agradecer, algunas veces, las más, excelentemente remunerados.
Yo no necesito presumir de currículo ni de lo que no soy. Llevo cinco años dedicado en cuerpo y alma a la política, defendiendo a mi región desde el Partido Popular, convencido de que otra Asturias mejor es posible. En estos últimos cinco años, mis ingresos son públicos como diputado de la Junta General del Principado y, desde 1989, como Veterinario Oficial de Asturias, también.
Seguro que a los asturianos les gustaría saber qué ingresos ha percibido el señor Monasterio por algunos de sus trabajos como experto de juicio "crítico" o por los informes realizados para la extinta Cajastur o por formar parte de la directiva de esta entidad bancaria... ¿a propuesta de quién? Sus ex alumnos manifiestan que por entonces tenía un tanto descuidada su actividad docente y que aparecía poco por la Universidad. ¿Mantuvo, no obstante, su sueldo de catedrático?
Se pueden tener muchos conocimientos y sabiduría innata, y alardear de ellos todo lo que uno considere, pero repito lo que dije hace unos días: a los que llevan treinta años a la vera del socialismo acaba viéndoseles el pelo de la dehesa por muy expertos que sean. El que se de por aludido... malo.
