La columna del lector

Un gran cineasta

Quiero escribir estas líneas como homenaje a un gran luchador, Julio de la Fuente, director de cine asturiano, un hombre forjado y curtido en mil batallas, de las cuales siempre ha salido airoso. Este magnífico director de extraordinarias historias, que ha hecho tanto con tan poco, nació en Grado en 1961. Se le conoce como el director de las emociones.

Sus películas (hasta la fecha cortometrajes y documentales) no sólo son una reflexión profunda sobre la condición humana, sino que también son películas de un entretenimiento asombroso, con unas construcciones prodigiosas, así como con un gran crecimiento de la estructura narrativa, que las hace apasionantes para cualquier tipo de espectador.

El que sea él mismo el guionista y creador de todos sus trabajos realza aún más la importancia de los mismos.

Julio de la Fuente es un soñador empedernido, un auténtico creador sin fronteras. Ha luchado por encontrar el largo y viejo camino que lleva a un mundo mejor. No se cansa de intentar hacer posible lo imposible.

Siempre ha sido fiel al mismo gesto, a ese cine social y de denuncia que realiza a través del latido de su corazón generoso.

Son 24 los países y cuatro los continentes donde el bueno de Julio ha representado al cine español y, sobre todo, al cine asturiano. En muchos de ellos con el primer premio.

El país donde más galardones atesora es Colombia y en el que más selecciones ha tenido, a parte de España, es Italia.

No sabría decir a ciencia cierta cuál de sus trabajos es el que más me gusta. Tal vez "Jazmín" y "Septiembre".

Los tres últimos planos de "Jazmín" son del mejor cine, y la despedida de la niña con el abuelo en "Septiembre", sencillamente fascinante. Sin olvidarnos de "Almas perdidas", una auténtica joya, donde, sin apenas diálogo, el director nos hace sentir parte de la historia. Es como si estuvieses dentro de ella. La escena del cementerio, cuando se encuentran el amante y la familia del muerto, es soberbia, cine en estado puro.

Tiene un extenso currículum que sería largo de enumerar...

Fue emocionante ver el teatro Filarmónica lleno el pasado 23 de enero, en la presentación de su último cortometraje, "La clase", que narra la triste realidad social del acoso escolar ("bullying"), el público aplaudió acaloradamente tan magnífico trabajo, así como las muestras de su filmografía y dirección.

Sinceramente, me gustaría que el periódico LA NUEVA ESPAÑA dedicará más espacio para destacar el trabajo (en este caso artístico y cultural) de personas asturianas que luchan y trabajan para salir adelante en este mundo del cine, tan difícil y complicado, ya sea desde Asturias, como Julio, o fuera de su querida tierra, como otros.

Espero que algún día se le haga verdadera justicia a este pedazo de director, siempre tan coherente en todos y cada uno de sus trabajos.

Gracias, Julio, por todo lo que aportas a la cultura y al cine.

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