En todo noviazgo hay una emoción especial; no se dice que sea de mayor peso o calidad que otras, sino sólo que es especial, o sea, distinta. Conviene que esa emoción se mantenga a lo largo del noviazgo, pues no deja de ser el cable que va tirando de éste. ¿Cómo será el noviazgo entre el PSOE y Podemos?, ¿qué dirán las respectivas familias, en especial los mayores, que siempre ven con recelo las nuevas amistades sentimentales de los chicos?, ¿lograrán los novios, o sea, los entes físicos en los que se personifica el noviazgo, acomodar el tempo de sus expectativas de futuro, o pasará lo que tantas veces, que uno quiere ir muy deprisa y el otro demasiado despacio?, ¿irá para uno la cosa en serio, mientras que otro en el fondo no tiene intención de formalizar, sino de llevarse al huerto al otro?, ¿cómo los verán los medios, custodios de la moral? Al final todos los noviazgos son iguales.
