Ya nada parece imposible en el PSOE de Pedro Sánchez. En un partido que pretende traer la III República sin cuestionar la monarquía, y que defiende la plurinacionalidad sin cuestionar la soberanía de España, hay pocas cosas que nos puedan sorprender. Una de estas cosas que todavía siguen sorprendiendo es que el PSOE tenga como meta, según lo dicho en su congreso federal, "la descarbonización total de la economía española". Y es que incluso en un partido capaz de promocionar a gente con su vida laboral ajena a la política, absolutamente en blanco (saludos desde aquí a Adriana Lastra), y experto en decir lo mismo y lo contrario sin ruborizarse (véase la dantesca actuación del PSOE con el CETA), hay cosas que chirrían. Los socialistas de toda la vida que se han pasado la vida arrancando el carbón de las entrañas de la tierra tienen que estar más que sorprendidos frente al giro de 180 grados que han dado los nuevos socialistas, supuestos herederos de aquel PSOE que antaño abanderaba las luchas de los mineros (aunque fuese para llenarse los bolsillos, como Fernández Villa) y cantaba la internacional en la fiesta minera de Rodiezmo.

Pero el colmo de los colmos es que el propio presidente de la Asociación de Comarcas Mineras, ACOM, y alcalde de un municipio minero como Laviana, Adrián Barbón, aplauda con entusiasmo "la descarbonización de España". Y es que parece que todo vale para lograr ascender en esto de la política, incluso abrazar las tesis de los ecologistas más radicales y trasnochados. Que Pedro Sánchez defienda el fin del carbón y, por tanto, la desertización de las comarcas mineras entra dentro de la normalidad de quien vive dentro de su burbuja sin dar un palo al agua, pero que aquel que como presidente de ACOM debería encabezar la reacción de los socialistas de bien ante semejante disparate se quede callado únicamente por supervivencia política resulta patético. Comprendo que Barbón, que lleva viviendo de esto de la política toda su vida, vea ansioso que ha llegado su momento y que no pueda dejar escapar el tren que parece que va a llevarle a ser nuevo líder de la Federación Socialista Asturiana, pero no puede olvidar que los que depositaron en él su confianza y le llevaron a ser presidente de ACOM y alcalde Laviana lo hicieron con la absoluta certeza de que iba a defender con uñas y dientes el carbón autóctono. Desilusiona, y mucho, que alguien que en cada campaña electoral nos recuerda que viene de una familia minera se ponga de perfil ante semejante atropello.

Bien es cierto que todos los que vemos la política como una forma de ayudar al bien común, y no como una agencia de colocación o como un mecanismo de progreso personal, le debemos agradecimiento al alcalde de Laviana: frente a su servilismo a los nuevos dirigentes del PSOE, se contrapone la férrea defensa de Asturias que dice y que hace Foro, manteniendo lo mismo en Laviana, en Oviedo y en Madrid, como se acaba de demostrar en las Cortes Generales con las enmiendas introducidas por Foro en los Presupuestos Generales del Estado para añadir tres nuevas partidas de 10.000.000 de euros cada una: para financiar medidas de reindustrialización en Asturias, para reducir las emisiones de CO2 en las centrales térmicas asturianas (asunto clave para el futuro del carbón) y para reactivar las comarcas mineras, además de conseguir que se dote con 21.300.000 euros el concepto que permite empezar a cumplir la sentencia favorable al Principado para el pago pendiente de convenios de los fondos mineros que canceló unilateralmente el Gobierno en 2011. Esta diferencia a la hora de actuar en defensa de los ciudadanos a los que se representa hace que resulte más obvio que no todos los políticos son iguales, y que resulte más reconfortante militar en un partido que, como Foro, sirve a los intereses generales.

Ahora bien, a pesar de lo descorazonador que resulta, este cambio de dirección de Adrián Barbón no debería sorprender a casi nadie. Y es que Barbón no es novato en esto de las piruetas políticas: el cómo alguien moderado, seguidor de Besteiro, y que fue simpatizante del CDS en su juventud ha pasado a abrazar con entusiasmo los postulados del sanchismo, ésos que defienden marginar y aislar a la mitad de España, es algo que sólo puede explicarnos el prometedor político lavianés. Teniendo en cuenta este viraje político, se entiende mejor la actitud que adopta el alcalde de Laviana.

Sea como sea, Barbón nos debe una explicación. Si ha evolucionado hacia posiciones ecologistas, y ahora considera que el carbón es una amenaza en lugar de una oportunidad, debe decírselo a sus votantes y al resto de alcaldes mineros, para que lo tengan presente a la hora de depositar de nuevo su confianza en él. Si, por el contrario, Adrián Barbón se queda callado y aplaude entusiasmado la descarbonización de España únicamente por un cálculo político, también debería decírnoslo, para que sus posibles votantes lo tengan en cuenta a la hora de introducir la papeleta en la urna, no sea que muchos ciudadanos, al apoyar al PSOE de Sánchez, no sepan que están realmente desertizando definitivamente las cuencas mineras asturianas.