La columna del lector

Prueba con una sonrisa

Hace no mucho tiempo que comencé a escribir. Y, aunque ya haya aparecido en este periódico por ello, quisiera escribir mi primera carta. Aunque, realmente, ni sé por dónde empezar.

Bueno, sí, quizás hay una palabra más que adecuada: gracias.

Gracias por ayudarme a elegir vivir. Por enseñarme que siempre hay más motivos para reír que para llorar. Por hacerme ver que mi actitud iba a ser determinante en aquella maldita enfermedad. ¡Vaya que si lo fue!

Gracias no sólo por hacer magníficamente vuestro trabajo, sino por hacer lo que está fuera de él. Por esos "¡buenos días, Darío!", acompañados de una enorme sonrisa en vuestras caras, por esas charlas a pie de cama cada día, por esas visitas a mi habitación antes o después de cada turno, por ese intercambio de chocolate y de golosinas que nos traíamos.

Gracias por no sólo ser parte de vuestras preocupaciones profesionales, sino de las personales. Por enseñarme a no ser un enfermo, sino una persona con una enfermedad.

Gracias por trasmitirme, en los peores momentos de mi vida y los de mi familia, esas ganas de vivir, de luchar, de seguir y no mirar atrás.

Gracias a todos y cada uno de los integrantes de este maravilloso sistema sanitario asturiano. A enfermeras, enfermeros, auxiliares, médicas, médicos y resto del personal del Hospital Universitario Central de Asturias, así como de otros centros por los que tuve la "suerte" de haber pasado.

Gracias por enseñarme el lema que me acompañará por siempre: "Prueba con una sonrisa".

Compartir el artículo

stats