230424LNE ANGEL GONZALEZ 173522080

En la peor tradición

En España la democracia interna de los partidos es una asignatura pendiente. Sólo el PSOE tendría un aprobado raspado, sobre todo tras la defenestración de Sánchez -una decisión democrática, por amplia mayoría del Comité Federal, su órgano supremo entre congresos- y el posterior regreso del defenestrado al ganar unas primarias impecables. Ahora bien, eso no supone que internamente no sea un partido sectario. Desde 1979 el felipismo impuso un modelo en el que la disidencia en el partido era penada con la marginación. Luego se admitieron corrientes de opinión, pero la minoritaria vino a ser una especie de reserva india. Esas son las reglas de juego tradicionales, que Sánchez debería cambiar si fuera coherente con lo que dice, pero es más fácil predicar que dar trigo, y el que recibe el bastón de mando, y los leales que lo encumbraron, acaban midiendo con el palo las espaldas del perdedor.

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