Se lleva muchos años denunciando la gran problemática que supone el solucionar el manejo de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU), en Asturias. Y aún a día de hoy, debemos exponer que no se ha avanzado en resolver esa problemática y seguimos, a estas alturas, esperando el modelo que trate los residuos de la manera más ecológica y sostenible posible. ¿A qué se está esperando?
Nos hallamos ante la mejor oportunidad para presentar un modelo que sea ejemplar a nivel nacional, en el que, desde una administración pública, se gestione íntegramente todo el ciclo de los RSU, tratándolos como un recurso, proponiendo un proyecto integral de Economía Circular. Es decir, a partir del RSU llevar a cabo una serie de actuaciones de forma que partiendo de un residuo complejo, se recuperen una serie de fracciones y el resto se valorice materialmente, consiguiendo un subproducto.
La Comunicación de la Comisión Europea al Parlamento Europeo "Hacia una economía circular: un programa de cero residuos para Europa" del 2 de julio de 2014, revisa las Directivas de residuos, de vertido, de envases y aumenta los objetivos de recuperación de 2020 para 2025 y 2030. Uno de los objetivos de la economía circular, consiste en avanzar en la reindustrialización de Europa, replanteando los procesos productivos, ayudar a la creación de nuevos puestos de trabajo y consolidar un crecimiento económico mucho más sostenible, con bajas emisiones y adaptado a los compromisos alcanzados en la COP 21.
La superpoblación y la concentración en áreas urbanas centrales. El incremento en la generación de residuos de todo tipo, la gran contaminación provocada por su incorrecta gestión y el aprovechamiento de todas las fracciones como recursos, son los grandes retos sobre los que se debe basar el futuro. Todo esto, nos conduce a una situación límite donde la tecnología, la legislación y la concienciación se han de aliar para afrontar soluciones que potencien los principios de la Economía Circular.
En un horizonte de un año, o periodo similar, no se atisban soluciones para resolver el problema de los RSU en nuestra región y la envergadura del problema, aconseja tomar urgentemente en consideración propuestas tecnológicas integrales, que traten el residuo como un recurso. ¿Seremos capaces de asumirlo, o se mantendrán las políticas actuales de vertido o incineración?
Nuestro futuro, en lo referente a residuos, pasa por asumir y ejecutar las políticas que fija la Unión Europea, basadas en cuatro principios fundamentales. El principio de prevención: hay que limitar la generación de residuos desde su punto de origen, animando y apoyando a las empresas a producir (y a los consumidores a elegir) productos y servicios que generen menos residuos. También desarrollando y promocionando una estrategia de reciclaje de residuos a nivel europeo. El principio "quien contamina paga": aquellos que produzcan contaminación tienen que correr con los gastos que ocasione combatirla. Por lo tanto, hay que identificar las sustancias peligrosas y el contaminador, y éste debe encargarse de recoger, tratar y reciclar sus residuos. El principio preventivo: cuando se detecte un riesgo potencial, hay que intentar evitarlo. El principio de proximidad: hay que tratar los residuos tan cerca de su punto de origen como sea posible. Todo esto lo podemos ejecutar, entonces ¿por qué no lo asumimos ya?
Teniendo en cuenta que el 50% de los RSU, en España, terminan en el vertedero y la tendencia es a la desaparición de los mismos y que, la contestación popular de rechazo en Asturias impide el establecimiento de una nueva planta de valorización energética o incineración, está claro que debe buscarse otra solución para que Cogersa haga lo que debe hacer y trate al residuo como un recurso y lo convierta en un subproducto. Debemos aprovechar esta oportunidad, debemos estar a la altura de nuestra responsabilidad y de los tiempos que nos toca vivir y debemos hacerlo ya. No se entiende, ni se justifica esta pérdida de tiempo.
