Como es imposible que el señor Mario Suárez del Fueyo, portavoz de Xixón Sí Puede, no sepa que en Gijón hay ahora mismo miles de gamberros en bicicleta que han convertido todas las aceras y paseos en un gigantesco carril-bici, privando a los peatones de todos sus derechos y de un espacio propio para transitar porque nadie hace nada para evitarlo, ni el Ayuntamiento, ni ningún partido político, ya sea de derechas o de izquierdas; es decir, como hay miles de gamberros que se consideran ciudadanos de primera categoría porque no respetan las leyes ni al resto de los conciudadanos, y como los más perjudicados son los más débiles, o sea, ancianos, niños y discapacitados; como es imposible, decía, que el señor Del Fueyo no sepa todo esto (y si no lo supiese no debería seguir un minuto más de concejal, porque difícilmente puedes solucionar los problemas de los ciudadanos si no te enteras de lo que pasa en tu ciudad), es totalmente incomprensible e irresponsable que insista una y otra vez en fomentar el uso de la bicicleta mientras estas circunstancias no cambien.

Como además el señor Del Fueyo ha salido en los últimos tiempos detrás de pancartas contra toda violencia, por la paz y la solidaridad, y estos gamberros en bicicleta han ejercido la violencia contra los peatones en todos sus diversos grados desde hace más de tres décadas (atropellos con resultado de muerte, paraplejia, ancianos hospitalizados, además de niños y trabajadores de la hostelería arrollados, así como miles y miles de broncas entre peatones y ciclistas con insultos, amenazas e incluso agresiones por parte de estos últimos), resulta que insistir en el fomento de la bicicleta es en la práctica fomentar la violencia e ir en contra de una pacífica convivencia y de cualquier atisbo de solidaridad. Porque ahora mismo la mayoría de los ancianos sale con miedo a la calle y los discapacitados han confesado públicamente vivir amargados por culpa de los gamberros en bicicleta.

Por si fuera poco, el señor Del Fueyo ha salido numerosas veces en defensa pública de los animales y, sin embargo, no recordamos haberle escuchado decir nada en defensa de los peatones y sus derechos frente a las agresiones de los gamberros en bicicleta, para los cuales somos objetos, bultos, obstáculos o cosas en vez de personas.

En conclusión, nos gustaría que el señor Del Fueyo nos explicase si su insistencia en fomentar el uso de la bicicleta es debida a que le parece que hay pocos gamberros en bicicleta y quiere que haya más, o si es que no le importa lo más mínimo que los ancianos y discapacitados salgan a la calle con miedo todos los días, o que todos los peatones nos juguemos nuestra integridad física cada vez que pisamos las calles de Gijón.