230424LNE ANGEL GONZALEZ 173522080

Pucherazo y pucheritos

La aquí ya denunciada inflación de inteligencia emocional sigue haciendo estragos, y ha trasladado su epicentro a Catalunya, donde, dada la emotividad proverbial y los buenos réditos que proporciona, puede llegar para quedarse. La imagen de los pucheros de Junqueras porque el Estado no permitía el referéndum ilegal fue secundada el 1-O con la de Mossos llorando de impotencia ante las cargas de la Policía, tras ausentarse ellos del puesto de trabajo. Los diarios digitales resaltaban también la del mosso abrazado a un civil (un civil votante, no un guardia civil, se entiende) que lo consuela. Luego llegarían los hipidos de Piqué. Todos lloran muchísimo, en especial ante las cámaras. Cada lágrima afluye al río del victimismo catalán, que es caudaloso, y luego moverá turbinas, que producirán energía, y ésta facturas. Porque la aspiración última del victimismo es aumentar facturación.

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