Mieres y la central térmica de La Pereda de Hunosa

El dilema de la gestión de los desechos sin malgastar el dinero público ni agredir la salud de los asturianos

Durante buena parte del siglo pasado la industrialización de Asturias se basó en el desarrollo del eje carbón-acero. La potencia de este eje era tan extraordinaria en Europa, que en 1950, se crea la CECA, la Europa del Carbón y del Acero, que terminará constituyendo los cimientos para la formación posterior de la Europa de los seis, como embrión de la actual Comunidad Europea.

Este desarrollo industrial en nuestra región, supuso unas relaciones con la naturaleza durísimas, que en primer lugar eran sufridas por los propios valles mineros que se veían inundados de escombreras y sus ríos se tornaban negros por los vertidos desde los lavaderos de carbón con tal intensidad que a pie de cauce existían decenas de aprovechamientos que recuperaban lo que vertían los lavaderos de las empresas mineras. Esta muerte de los ríos persistió varias décadas sin que las administraciones mineras o hidráulicas le dieran importancia. Igualmente, fueron ocupándose laderas y márgenes de ríos para el vertido de escombros sin ningún criterio ambiental ni siquiera cultural. Así, por ejemplo, nacía un nueva montaña de escombro en la Vegona en el Valle de Turón, cerca de Urbiés, en una de las pocas praderías donde se celebraban fiestas del Valle.

A finales de los ochenta, el Gobierrno regional se plantea la recuperación ambiental de los valles mineros. La Unión Europea permite el desarrollo de un Plan Nacional de Interés Comunitario para esta zona. Hunosa era imprescindible. El lavado de carbón por fin, termina realizándose en circuito cerrado y los ríos recuperan la transparencia. Y en 1995 entra en funcionamiento la Central Térmica de Hunosa ubicada en la Pereda, Mieres. Se enmarca en los programas de diversificación de la empresa y su objetivo era y es "la eliminación de residuos de la actividad minera que se encuentran en escombreras dispersos por las cuencas mineras asturianas, con el consiguiente valor añadido de liberación de suelo aprovechable, medioambiental, así como la producción eléctrica", tal como dice literalmente la autorización ambiental integrada de 2008. La tecnología de combustión (se denomina Lecho Fluido Circulante Atmosférico) que emplea esta instalación es muy específica para poder utilizar el combustible de bajo poder calorífico procedente de las escombreras, y tiene ventajas ambientales amén de la recuperación del suelo y eliminación de impacto visual, por eso las emisiones de óxidos de nitrógeno son apenas perceptibles.

En este escenario el Ayuntamiento de Mieres acepta la instalación en su municipio de la central con fuerte oposición vecinal en la época. Y así viene desarrollando su actividad desde el 95. Destacamos la eliminación de la enorme escombrera de Ricastro que se encontraba en la entrada a Mieres por la autopista A-66 desde León. Ahora hay un importante suelo disponible en una zona donde es escaso. Actualmente se está minimizando la escombrera de Figaredo. Así, la central térmica, sigue operando de acuerdo con el proceso productivo para el que se concibió y se autorizó. Y en 2015, la Consejería actualiza su autorización ambiental integrada manteniendo como es lógico, la misma actividad de la Central.

Es más, en el presente 2017, la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, adapta la Autorización de la Térmica al Reglamento de Emisiones Industriales. Para ello Hunosa, titular de la instalación declara que como combustibles utiliza el 35,3% de carbón bruto; el 59,8 %, de estéril de mina y el 4,9 %, de residuos de madera procedente de la utilizada en labores mineras. Y que sus contaminantes principales emitidos a la atmósfera son los correspondientes a estos combustibles. Son partículas que reduce con un precipitador electrostáticos y, por otro lado, dióxido de azufre que minimiza con la inyección de caliza en la caldera., asegurando así que se cumplen las normas de vertido a la atmósfera.

Por tanto, la central térmica de La Pereda sólo y únicamente está autorizada con el objetivo de eliminar los residuos de la actividad minera que están dispersos en las escombreras que abundan en los valles mineros. Tiene una tecnología ad hoc y fue autorizada por el Ayuntamiento de Mieres en el ámbito de sus competencias con estos objetivos. Cambiarlos, requeriría modificar sustancialmente la instalación y con ello las autorizaciones concurrentes de las autoridades regionales y municipales. No consta que el titular, Hunosa haya solicitado ningún cambio. Es más, en este año en la adaptación al reglamento de emisiones industriales se confirman todos los extremos de operación que hemos expuesto.

Entonces señor Consejero de Medio Ambiente, ¿a qué vienen los sorprendentes anuncios de querer convertir la térmica en una incineradora de residuos? Usted no es el titular de la instalación, sino que representa la autoridad que aprobó la instalación con los objetivos ambientales de reducir las escombreras en la cuenca minera. El Principado está obligado y comprometido en la regeneración las cuencas mineras y no puede usted convertirlas en el basurero regional para solucionar un problema de residuos que su Consejería es, por lo que se ve, incapaz de solucionar sin acudir a la incineración. Es su Consejería la que debe gestionar los residuos sin malgastar el dinero público ni agredir a la salud de las personas. Y desde luego a Mieres no queremos que vengan a quemar residuos y menos enterarnos de sus planteamientos por la prensa, sin discusión previa. Aquí existe un gobierno local y una sociedad muy activa que merecen respeto político y no improvisados anuncios unilaterales que generan alarma social y desconcierto. Corrija esta ocurrencia y aplique el Plan de Residuos sin incineración que es lo que lleva pidiendo la gente más de una década.

Además, el grupo Hunosa en su página web "Cincuenta años de historia industrial en Asturias", exhibe el objetivo ambiental de la térmica de la Pereda: La instalación viene registrando año tras año unos rendimientos económicos positivos, conllevando un ahorro energético al sistema eléctrico.

La actividad de la térmica contribuye a la regeneración medioambiental del paisaje del entorno minero gracias a la eliminación de grandes depósitos de estériles de carbón que se queman en sus calderas, liberando así el suelo que ocupaban las escombreras para permitir nuevos usos. Además, la térmica permite mantener la investigación de líneas energéticas innovadoras como la captura de CO2 y la quema de biomasa.

Izquierda Unida no va a renunciar a culminar la restauración ambiental de los valles mineros y a aumentar su tejido industrial con actividades limpias que es lo que se merecen después de tanto sacrificio por la contribución al desarrollo industrial de Asturias.

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