Alberto Menéndez

Cuestión de voluntad

La complicada posibilidad de un acuerdo presupuestario entre el Gobierno y Podemos

A estas alturas de la legislatura autonómica esperar grandes sorpresas políticas derivadas del debate sobre el estado de la región no parece algo muy a tener en cuenta. Sobre todo, vistos los antecedentes. Con cambio en la dirección de la Federación Socialista Asturiana o sin él, que el Gobierno de Javier Fernández y los máximos responsables de Podemos en la comunidad lleguen a algún tipo de acuerdo es algo muy pero que muy complicado; imposible no, por supuesto, que esto es política y nada se puede descartar.

La intervención de ayer del presidente del Ejecutivo autonómico ante el Pleno de la Junta General del Principado era la que cabía esperar, no muy diferente por cierto de la de hace un año. Antes y ahora Javier Fernández se mostró siempre partidario de negociar y pactar un Presupuesto regional con las otras dos fuerzas de izquierda, Podemos e IU, no en vano entre los tres grupos suman nada menos que 28 de los 45 parlamentarios autonómicos, una mayoría absoluta sin paliativos. Y antes y ahora Fernández se ofreció a hacer concesiones para llegar a acuerdos. Sin éxito. Cierto es que en los últimos años IU sí colaboró en ocasiones con Javier Fernández, por ejemplo, con ocasión de su investidura, pero los podemistas no, los integrantes de la formación morada se han negado reiteradamente a ningún acercamiento real a los socialistas asturianos.

Da la sensación de que todo sigue igual que hace doce meses. Al menos eso es lo que se desprende de la valoración del discurso del Presidente realizada por el portavoz parlamentario de Podemos, Emilio León, al finalizar la primera sesión del debate sobre el estado de la región. Todo son pegas a la invitación de Javier Fernández. No es sincero, vienen a concluir los podemistas. Voluntad de acuerdo por parte del representante de Pablo Iglesias en la Junta General ninguna, al menos en el día de ayer. Y sin esa voluntad de compromiso cualquier aproximación auténtica al Gobierno socialista, de verdad, no simplemente táctica, es inviable.

Es evidente que en esta ocasión Javier Fernández no está tan agobiado presupuestariamente como hace un año. El PP probablemente le dio entonces el aire suficiente para respirar hasta los próximos comicios (en mayo de 2019), aunque sea con prórrogas presupuestarias. Ahora, a diferencia de la anterior negociación, el jefe del Ejecutivo ha cerrado cualquier opción de pacto con la derecha, que fue precisamente la que le permitió sacar adelante las cuentas regionales del presente ejercicio, ¿las de la tranquilidad? Sólo considera la opción de la izquierda. Es la última oportunidad que tienen PSOE, Podemos e IU para acordar algo juntos en la actual legislatura. Al menos eso es lo que dijo ayer Javier Fernández.

En cualquier caso, no todo el futuro presupuestario del Principado pende del actual debate de política general. ¿Y si algo cambia en Podemos en las próximas semanas? ¿Es posible un relevo de personas y de estrategia en el partido morado? ¿Y si así fuera, servirá para algo más que para denunciar la corrupción; por ejemplo, para intentar sacar adelante propuestas podemistas propias en beneficio de la ciudadanía?

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