Existe un clamor social en Asturias que demanda un cambio en la gestión del ciclo educativo de hasta 3 años para que sea universal y gratuito. Fue la presidenta del Partido Popular de Asturias, Mercedes Fernández, quien primero denunció las carencias existentes: las familias asturianas pagan 330 euros por llevar a sus hijos a una escuela infantil pública, el precio más elevado de España; 40 de los 78 municipios asturianos carecen de escuelas infantiles; sus trabajadoras sufren precariedad laboral; el horario no ayuda a la conciliación?
La izquierda, sin embargo, negó esta realidad durante años, y no hizo absolutamente nada por mejorar la situación. Es más, siempre han votado en contra de todas las iniciativas parlamentarias que hemos llevado a la Junta General del Principado, incluida la Proposición de Ley que hubiera obligado al gobierno asturiano a implantar la gratuidad y universalidad tan demandada por las familias. El motivo, que se trata de una propuesta del PP. Sencillamente.
Resulta sorprendente, por tanto, que a lo largo de las últimas semanas, sin el mínimo rubor, los partidos de la izquierda se exijan entre ellos implantar la gratuidad y la universalidad del ciclo 0 a 3 y lo impongan como condición indispensable para aprobar un presupuesto. La caradura, por lo visto, no tiene límites.
Con la gratuidad de los libros de texto, otra reivindicación de las familias asturianas, ocurre lo mismo. También fue el Partido Popular de Asturias quien primero denunció que tenemos el peor sistema de ayudas del país por su cuantía, porque se benefician pocos alumnos y por la dureza de los requisitos. El PSOE e Izquierda Unida vienen votando en contra de nuestra propuesta de gratuidad porque, según dicen, "es inviable", sin importarles que se esté haciendo en otras comunidades autónomas como Madrid o Andalucía y que sus partidos lo exijan en otras instituciones. Veremos lo que tardan en cambiar de opinión en Asturias bajo argumentos contrarios a los que han defendido todos estos años.
La obcecación de la izquierda llega tan lejos que incluso han votado en contra de nuestra propuesta de reforzar el programa bilingüe castellano-inglés. Planteamos medidas recomendadas por expertos educativos y que otras comunidades autónomas ya están llevando a la práctica con éxito: implantar el bilingüismo en el segundo ciclo de Educación Infantil, reforzar la formación del profesorado exigiendo el nivel C1, aumentar el número de horas lectivas hasta un mínimo del 30%, ofrecer la posibilidad de que los alumnos acrediten el nivel al final de cada etapa educativa? Pues bien, la izquierda votó en contra. ¿Y por qué razón? Porque es una iniciativa del PP. No encuentro otra explicación posible.
Se niegan también, junto a Ciudadanos, a permitir que las familias puedan elegir libremente el centro escolar al que quieren llevar a sus hijos; a la equiparación real entre colegios públicos y concertados; a la defensa de los derechos de los profesores de religión; o a la aprobación de un Plan de Infraestructuras Educativas que aporte mayor transparencia a las inversiones y contratación de las obras previstas, para tratar de evitar así otro "caso Marea".
Tanto el gobierno socialista como sus socios ideológicos se niegan, en definitiva, a mejorar nuestro sistema educativo. Y todo por esa alocada competición en la que se encuentran para ver quién es más de izquierdas. No les importa la repercusión que esa estrategia partidista pueda tener en nuestro sistema educativo ni las necesidades de las familias. Seguro que los asturianos se lo sabrán "agradecer".
