Recuerdo, hace ya años, mi primer día en la Universidad. Un día que había empezado con emoción hasta que la primera clase, Matemáticas, comenzó.

Entonces la emoción dio paso a los nervios y el miedo... no entendía nada. Mi Bachiller en Ciencias Sociales no me había preparado para "aquellas" Matemáticas en las que no había números, a excepción del 0 y el 1, y había innumerables símbolos extraños.

Estuve días, semanas y meses preocupado pensando que nunca podría aprobar esa asignatura (ni las que viniesen en segundo y tercero), hasta que apareció el gran Pipo.

Un hombre carismático, cercano, siempre con una sonrisa. Lo bueno que era como persona lo trasladaba al campo de la enseñanza, haciendo fácil lo difícil. Explicando en detalle y con gran claridad la materia y dando siempre un toque de humor a la misma... ¿Matemáticas divertidas? Las descubrí con 18-19 años, una pena no haber descubierto esto antes.

Muchas gracias, Pipo.