Últimamente se habla mucho de la parálisis cerebral, sin conocer cuáles son sus consecuencias y la causa de las mismas.

Empecemos por decir que el nombre con el que se designa a este problema no es el correcto. Muchas personas, entre ellas algún estudiante de Medicina, desconocen el mecanismo de esta alteración, lo que es normal ya que no es frecuente que este tema esté presente en el programa de estudios de la carrera.

La mal llamada parálisis cerebral consiste en una deformación de la mayoría de las articulaciones del cuerpo por una lesión de una zona del cerebro que da lugar a una invalidez. No consiste, como mucha gente cree, en alteración de la inteligencia; lo que ocurre es que las personas que la padecen son retiradas de la convivencia con otras personas, lo que origina un retraso cultural, lo que hace pensar a quienes los ven que padecen un retraso mental que no existe. Se corrige con rehabilitación, donde se corrigen la mayoría de las articulaciones afectadas, llegando a realizar estudios, obteniendo puestos de trabajo e incluso la dirección de pequeñas empresas de su propiedad. Para ello necesitamos muchos centros de rehabilitación, teniendo en cuenta la gran cantidad de casos que existen de este problema (en los Estados Unidos, unos 22.000). Para ello necesitamos la colaboración de Universidad y Gobierno. Los resultados son siempre muy positivos. Yo estuve en Nueva York visitando centros de rehabilitación y acompañado de un chico hispano-americano paralítico cerebral pero ya casi completamente rehabilitado y me entendí perfectamente con él.

Por otra parte, yo propondría a los catedráticos de la Facultad de Medicina el cambio de nombre, sustituyendo el de "parálisis cerebral" por el de "parálisis por lesión cervical".

Hay que trabajar mucho para solucionar estos problemas, pero no olvidemos que las obras quedan, los hombres se van pero otros que vienen las continuarán. No seamos siempre igual.