Si algo podemos destacar dentro de las políticas del actual tripartito es su especial interés por la cultura (nótese la ironía), destacando la reciente adición a la lista de referentes culturales ovetenses como el Campoamor o Santa María del Naranco la de un nuevo y rompedor monumento dedicado a lo "queer" mediante el pintado permanente de los bancos de la principal plaza de la ciudad con los colores del arcoíris.

En un primer momento saludé encantado la propuesta, que daba voz a este colectivo en un día ganado por derecho propio, pero esta idea vanguardista pasó a lo rocambolesco cuando meses después de la celebración del Orgullo se volvió una estampa habitual ver a los más mayores descansando en unos bancos del color mas chillón y llamativo posible ante la sorprendida e incrédula mirada del turista de turno.

Dejar claro que no me opongo a lo que estos colores dicen representar, pero sí a su uso claramente partidista por parte del actual Consistorio, como parece ser el uso de cualquier causa social hasta el hartazgo por parte de los autodenominados "ayuntamientos del cambio".

Con este muy breve escrito intento (y digo intento porque sé que caerá en saco roto) que el Ayuntamiento tenga un pequeño gesto a la razón por difícil que les sea dejar a un lado el populismo más rancio y barato y permitan que los bancos de la Escandalera vuelvan a su color habitual, y que, si quieren que esta plaza destaque entre las muchas que hay en España, no sea por ser con mucho la más hortera de ellas.