Historiador

Andrés Saborit, primer diputado socialista por Asturias

La trayectoria política de un adelantado a su tiempo que conectó muy bien con las corrientes minera y obrera de la región

El 24 de febrero de 1918 se celebraron elecciones en España, unos comicios en los que en palabras de Antonio L. Oliveros, director del entonces influyente diario El Noroeste, se enfrentaban las dos Españas que acababan de encararse en la dura crisis de agosto de 1917. Eran la España "del borbonismo y la naciente de una conciencia nacional distinta". Esta votación, continúa Oliveros, tenía dos objetivos muy importantes: "hacer triunfar en los comicios los partidos políticos propulsores de los acontecimientos del año último y abrir las puertas del presidio a los socialistas madrileños del Comité de huelga, condenados a duras penas por un tribunal militar".

Uno de esos condenados, preso en el penal de Cartagena, era Andrés Saborit que, junto con Julián Besteiro, Francisco Largo Caballero y Daniel Anguiano, había constituido el comité de huelga de 1917 en Madrid. Este de agosto de 1917 fue un movimiento político que trató de lograr un cambio fundamental del caduco sistema de la Restauración y en el que participaron junto a las dos centrales sindicales mayoritarias, UGT y CNT, todos los partidos no dinásticos (republicanos, radicales, socialistas y regionalistas catalanes). El comité de huelga madrileño había redactado un manifiesto en el que presentaba como objetivo del movimiento la formación de un gobierno provisional que preparara "la celebración de unas elecciones sinceras", al tiempo que convocaba el inicio del paro para el 13 de agosto de 1917.

La huelga comenzó de inmediato en Madrid, Barcelona, Asturias, Vizcaya, Zaragoza y otras provincias, pero pronto la defección de los regionalistas catalanes y la escasa actividad de los republicanos ante el protagonismo de las organizaciones sociales, unido a la detención del comité de huelga, restó fuerza al movimiento, de modo que el 18 había cesado casi en toda España, salvo Asturias, donde se prolongó hasta final de mes, terminando tras una dura represión, con múltiples detenciones y encarcelamientos.

Saborit concurrió en los comicios de febrero de 1918 por la Circunscripción de Oviedo, junto a los reformistas de Melquiades Álvarez, siendo el diputado que más sufragios recibió, 14.137, seguido por su compañero de candidatura, el reformista Ramón Álvarez Valdés, con 13.875, y en tercer lugar el conservador Ignacio Herrero Collantes, con 9.774. Por entonces, Asturias, o la provincia de Oviedo, no constituía un colegio electoral único, sino que se fraccionaba en varios distritos coincidentes con partidos judiciales, que elegían un diputado por mayoría, y la llamada Circunscripción de Oviedo, que comprendía el concejo capital y los de Aller, Bimenes, Caso, Langreo, Lena, Mieres, Morcín, Noreña, Ribera de Arriba, Riosa, San Martín del Rey Aurelio, Siero y Sobrescobio, donde se elegían tres. Saborit captó el mayor número de votos en Oviedo y en los concejos mineros de Mieres, Langreo, San Martín del Rey Aurelio y Bimenes, donde el socialismo había conseguido enraizar fuertemente desde comienzos de siglo.

Andrés Saborit Colomer, nacido en Alcalá de Henares el 1 de noviembre de 1889, era tipógrafo de profesión como Pablo Iglesias y otros muchos destacados miembros de la Federación Socialista Madrileña. Comenzó muy pronto la militancia en el Partido Socialista y como representante de la Federación Nacional de Juventudes Socialistas de España vino a Asturias por primera vez en 1910, poco después de que Manuel Llaneza fundara el Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias. En esta primera visita dio conferencias en Oviedo, Gijón, Avilés y los principales centros mineros. Volvió en 1914, siendo presidente del Comité Nacional de Juventudes Socialistas de España, en el curso de una campaña socialista contra la guerra de Marruecos, auténtica sangría de las clases más desfavorecidas. Intervino en varios lugares y centros obreros, como el ovetense de la calle Altamira (actual calle de la Lila) el domingo 19 de julio. El 4 de agosto, el día que estalló la Gran Guerra Europea, habló en Sama de Langreo.

Saborit, pese a pertenecer a una rama del socialismo más intelectualizada, conectó de una manera muy estrecha con los socialistas asturianos, entre los que el componente minero y obrerista era muy acusado. Lo hizo no sólo con la generación que siguió a la de los fundadores, con personalidades tan destacadas como las de Manuel Vigil Montoto, Teodomiro Menéndez, Isidoro Rodríguez Acevedo, José María y Juan Antonio Suárez, Enrique Celaya o Manuel Llaneza, entre otros muchos más, sino también con la de jóvenes mineros que desarrollaron su actividad vinculados estrechamente al Sindicato Minero y a las luchas obreras desencadenadas en ese primer tercio del siglo XX. A estos últimos pertenecen Ramón González Peña, Belarmino Tomás o Amador Fernández, trío que secundado por otros muchos miles de compañeros protagonizarían más adelante el socialismo asturiano en la II República, la Revolución de Octubre y la Guerra Civil.

Saborit volvió a resultar elegido para las Cortes de 1919-1920 y 1920-1923, en las que, en palabras suyas, "nadie me disputó el puesto en las antevotaciones efectuadas por las agrupaciones socialistas asturianas".

Tampoco lo hubiera sido en las de 1923, cuando renunció a presentarse por Asturias, y cedió ese puesto a Manuel Llaneza.

De su vinculación y admiración por el socialismo asturiano, pese a las discrepancias que en el plano político sostuvo con las posiciones asturianas en circunstancias tan importantes como la de la Revolución de octubre, es el libro "Asturias y sus hombres", un encargo de la Comisión Ejecutiva de la UGT como homenaje a Asturias, "por lo mucho que contribuyó al prestigio de la UGT y el PSOE, por su importancia económica, por sus excepcionales influencias en la historia de España, tanto como por haber estado siempre (como lo reitera ahora con su viril y despierta oposición al régimen franquista) en la vanguardia de las luchas proletarias". Publicado en Toulouse en 1964, se destinó lo recaudado a socorrer a las víctimas de la represión franquista tras las huelgas de 1962-63.

Este lunes se presenta un libro escrito por Adolfo Fernández Pérez, el máximo conocedor de la historia de la implantación y asentamiento del Socialismo en Asturias durante el primer tercio del siglo XX, su papel en la guerrilla tras la Guerra Civil y sus avatares en el exilio. Se titula 1918-2018. Razones para un centenario. Andrés Saborit, primer diputado socialista por Asturias. Además de un estudio de la figura de Andrés Saborit y su relación con Asturias, el libro recoge la actividad parlamentaria desarrollada por éste en los cinco años que representó a nuestra región, recogiendo en un anexo sus principales intervenciones parlamentarias: abastecimientos, infraestructuras, transporte, crisis del carbón, obras públicas?, nada que no siga siendo hoy de rabiosa actualidad un siglo después. Contiene el libro también un prólogo y epílogo de Alonso Puerta, presidente de la Fundación Indalecio Prieto, en el que recuerda cómo en esos comicios de 1918 resultó elegido diputado por Bilbao otro asturiano, Indalecio Prieto, que junto con los cuatro miembros del comité de huelga y Pablo Iglesias formarían el grupo socialista en el Congreso con un protagonismo que iría en aumento a lo largo del tiempo.

Andrés Saborit abrió en 1918 una puerta a la representación socialista asturiana en el Congreso de los Diputados, dando voz a los problemas de nuestra región e iniciando una serie ininterrumpida de presencia socialista en todas las elecciones democráticas celebradas desde entonces hasta el presente.

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