Alberto Menéndez

Las suturas del PP

Mercedes Fernández, tras el desbroce en Gijón y Avilés, tiene pendiente despejar el futuro en Oviedo

La presidenta del Partido Popular asturiano, Mercedes Fernández, avanza en su estrategia de intentar suturar las heridas internas de la organización para llegar a las elecciones autonómicas y municipales del próximo año con una formación si no realmente unida (algo que por cierto es una quimera se trate del partido que se trate) si al menos más apañadita, más ordenada de lo que ha venido siendo habitual, con unas juntas locales no dirigidas por comisiones gestoras, como ha sido el caso de Gijón o Avilés. Mercedes Fernández considera que la pacificación del PP asturiano puede dar un plus de rentabilidad muy importante en los comicios de mayo de 2019 dada la grave crisis de la Federación Socialista Asturiana, rota y sin perspectivas de solución a corto e incluso a medio plazo.

Con muchas dificultades Mercedes Fernández logró organizar un congreso en Gijón y colocar al frente de la organización local a gente de su confianza. Tardó años pero al final derribó la robusta estructura que había dispuesto en su favor Pilar Fernández Pardo. Y no es que el PP gijonés sea en estos momentos una balsa de aceite, ni mucho menos, pero sí que es cierto que la líder del PP regional logró cambiar la imagen de crisis permanente en esta junta local, aunque para ello fuera necesario la intervención de los tribunales en más de una ocasión.

Y después de Gijón Mercedes Fernández se puso manos a la obra en Avilés, en dónde se había hecho fuerte otra de sus adversarias políticas más notables, Carmen Rodríguez Maniega, que incluso compitió con ella por la Presidencia del PP regional, cosechando un estrepitoso fracaso. Pero Rodríguez Maniega contaba con el apoyo de una parte relevante de la militancia avilesina, que en ningún caso se rindió a la dirección regional del partido, obligándola a suspender a la ejecutiva local anterior y constituir una comisión gestora.

El pasado fin de semana se puso fin -al menos teóricamente- a la guerra interna avilesina con la celebración del Congreso en el que salió elegido nuevo presidente el candidato de Mercedes Fernández, Pedro de Rueda. De nuevo los tribunales fueron protagonistas en las trifulcas internas de los populares. En este caso el número uno de los críticos, Alfonso Araujo, se retiró de la carrera por la Presidencia local de la organización tras recibir un varapalo judicial sólo horas antes del cónclave.

Araujo y los dos concejales que le respaldan se irán en los próximos días del PP y no descartan presentar una candidatura independiente en las elecciones de 2019. A Mercedes Fernández lo que hagan o dejen de hacer estos ediles le importa muy poco en estos momentos. Tiene quince meses para hacer olvidar la crisis y preparar una candidatura municipal con sus fieles. Para ella, si se van los críticos mejor que si no lo hacen.

Una vez tomadas las medidas drásticas en Gijón y Avilés a la presidenta del PP de Asturias sólo le queda pendiente de solucionar (dentro de las tres grandes juntas de la región) la situación de Oviedo. Aquí más que un problema de organización local de lo que se trata es de convencer al presidente de este Junta, además de portavoz municipal y exalcalde, Agustín Iglesias Caunedo, para que, debido a su situación personal ante la justicia, dé un paso atrás y renuncie a encabezar la lista electoral. Tras lo visto en Gijón y Avilés todo hace indicar que el futuro político de Iglesias Caunedo no es precisamente muy prometedor. A Mercedes Fernández seguro que le gustaría que Caunedo renunciara lo antes posible, porque preparar un candidato para Oviedo, el principal granero de votos del PP en Asturias, requiere tiempo, si es que se quiere hacer realmente bien. Y para la imagen del partido sería también lo más oportuno. Seguro que eso es lo que piensa la líder de los populares de la comunidad autónoma.

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