Corría el año 1974 y en un pinar de Puebla del Río los jóvenes dirigentes del PSOE andaluz celebraban un encuentro informal, con quesos y patés franceses y postre de naranjas. Las viandas habían sido un obsequio a quienes estaban llamados a renovar totalmente el Partido Socialista. Erróneamente, la instantánea acabó llamándose "la foto de la tortilla", y a los integrantes "el clan de la tortilla". Allí estaban, entre otros, Felipe González, Alfonso Guerra, Carmen Romero y Luis Yáñez. Aquella imagen mostraba la unidad que reflejaba aquel joven núcleo duro del nuevo socialismo que, meses después, tomó el poder del partido en Suresnes tras preparar el congreso durante el verano en una casa alquilada en la provincia de Huelva.
Cuarenta y cuatro años separan aquella fotografía de la otra que acompaña estas líneas y que fue tomada el pasado 21 de abril: la que bien podría llamarse "la semeya de los gusanitos" (semeya, por la querencia al asturiano; gusanitos, por las frituras de la marca Cheetos) del nuevo socialismo del Principado. La protagonizan la vicesecretaria general del PSOE, la asturiana Adriana Lastra (con gafas de sol), homóloga de lo que sería el Alfonso Guerra de la "foto de la tortilla", y la secretaria de organización de la FSA, Gimena Llamedo (segunda por la derecha). También se encuentran la exdiputada autonómica Greta Cortina (a la izquierda), la edil sierense Noelia Macías (detrás de Adriana Lastra) y la exconsejera de Servicios Sociales y hoy directora del ERA, Graciela Blanco (a la derecha).
La comparación conforma un paradigma del cambio social en cuarenta años, pero también de lo que resulta invariable pese a los años. Se mantienen el gesto informal, la pose relajada, la jarapa en el suelo. Pero se incorporan nuevos elementos, más allá de la moda (zapatillas de deporte por doquier). El picnic es ahora de gusanitos, patatitas fritas y banderillas. La de los gusanitos es una semeya completamente femenina, mientras que en la del "clan de la tortilla" se valoraba como muestra de la camaradería que participasen parejas. De la imagen en blanco y negro disparada con una cámara de fotos, a la instantánea en color hecha con el móvil, con unos cuantos filtros encima. Y de inmediato, publicada en las redes sociales. Los tiempos, que todo lo mudan.
