El pasado miércoles 25 de abril, LA NUEVA ESPAÑA informó a sus lectores que la Cátedra Leonard Cohen organizó un taller de opereta y cabaret del siglo XX "con tintes eróticos" en la capilla y en el Aula Magna del edificio histórico.

Decir que es inadecuado es quedarse corto. Utilizar el Aula Magna es un despropósito, pero utilizar la capilla, que es un recinto consagrado, es indignante y claramente ofensivo.

Somos muchos los que no entendemos por qué se molesta gratuitamente a los universitarios católicos y, como presidente de la Asociación de Profesores Universitarios Santa Catalina, deseo que quede constancia de nuestro profundo disgusto.

Confiamos en que el buen juicio y la sensatez prevalezcan y no tengamos que lamentar nuevos episodios de este tipo en nuestra Universidad.