230424LNE ANGEL GONZALEZ 173522080

Tierra de nadie y todos

En los días en que ya se han ido los esquiadores de la sierra, pero aún no han llegado los montañeros, todo muestra la rareza de lo que no tiene estado. Gente variopinta, sin el uniforme propio del lugar, invade la estación de esquí, como esas milicias caseras que aparecen entre la paz y la guerra. Gente que quiere hacer algo en la nieve antes de que se vaya, sin sentirse intrusos. La nieve misma, amontonada en los lugares en que ha querido hacerlo, tiene también, de mañana, una rara compacidad: la bota no se hunde en ella, pero tampoco resbala (hay tantas clases de hielo como personas, dicen). En las grandes calvas verdes, que casi predominan, las flores de azafrán serrano han brotado con fuerza, y se agita el ajetreo de las hormigas. Casi al borde de los dos espacios una lagartija corretea sobre la nieve, tomando posesión del territorio a la espera de que el sol complete su trabajo.

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