Alberto Menéndez

Barbón, Podemos y Ciudadanos

El evanescente voto socialista ante la fuerza de los partidos emergentes

El sector crítico de la Federación Socialista Asturiana (FSA) no vio ninguna opción de triunfo en las elecciones primarias y el pasado fin de semana dejó el camino expedito al secretario general del partido, Adrián Barbón, para que sea el candidato del PSOE a la Presidencia del Principado en los comicios que se celebrarán en mayo del próximo año. No hay otro aspirante a encabezar la lista regional socialista, pero ello no significa que no haya crítica interna, como afirmaron el domingo el propio Barbón y la "número dos" nacional del partido, la asturiana Adriana Lastra. La hay, y si los sanchistas no ponen fin al sectarismo que les ha caracterizado en los últimos meses y apuestan por la integración verdadera (en la confección de las candidaturas) se encontraran con la apatía de una parte importante del partido a corto y medio plazo: antes, durante y después de la campaña electoral.

Que Adrián Barbón sea el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno del Principado es valorado de muy distinta manera por los dos principales partidos emergentes de la política asturiana: Podemos y Ciudadanos. De acuerdo a sus manifestaciones y a la estrategia puesta en marcha por la ejecutiva federal del PSOE, Barbón se volcará desde ahora y hasta el mes de mayo de 2019 en luchar, fundamentalmente, por el voto de izquierda; es decir, que pondrá toda la carne en el asador para intentar recuperar los sufragios que en 2015 fueron a parar de la FSA a Podemos.

Por lo que se ve, el respaldo de los asturianos con tendencia a posicionarse más al centro que a la izquierda (radical incluso) le interesa a Adrián Barbón en menor medida (si es que le interesa algo) que la pugna por el espacio de la formación que encabezan en la región Daniel Ripa y Emilio León (quienes, lógicamente, van a responder con una estrategia dura, sin miramientos, como lo han venido haciendo hasta ahora con Javier Fernández). Ello, por lo tanto, facilita la labor de Ciudadanos, tal como está sucediendo a escala nacional y como se demuestra estudio demoscópico tras estudio demoscópico. Por supuesto que Albert Rivera se está aprovechando del desprestigio acumulado durante años por el PP de Mariano Rajoy, pero también, en parte, el líder de Ciudadanos saca rentabilidad a la radicalización de Pedro Sánchez y sus seguidores. Y Asturias, en este sentido, no va a ser una excepción, sino todo lo contrario.

El voto socialista moderado, el que puede llevar tras de sí, por ejemplo, el actual presidente del Principado, Javier Fernández, se encuentra en entredicho. Por eso sería tan importante para el PSOE asturiano la participación activa del actual jefe del Ejecutivo en la próxima campaña electoral. Pero no da la sensación de que vayan por ahí los tiros. ¡Qué va! Y todo puede ir todavía a peor si es que la dirección de la FSA no rectifica y corta ya drásticamente el boicot de dirigentes y militantes socialistas del sector sanchista al próximo acto de homenaje a Javier Fernández en su pueblo natal, Mieres. Hasta ahora, con su apatía, la ejecutiva de Barbón le ha dado alas a esta campaña. No parece que sea ésta la mejor manera de cicatrizar heridas.

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