Hay un dicho popular que dice que si llegas a una partida de póker y no identificas quién es el pardillo, es muy probable que el pardillo seas tú. Hasta ahora, la IA -inteligencia artificial- siempre salía perdiendo porque el póker es uno de los juegos más "humanos", dado que existen reglas, sí, pero contiene una importante carga emocional y psicológica, y muchos datos están ocultos. Bien, pues un equipo de IA de la Universidad Carnegie Mellon acaba de derribar este mismo año el mito de la "cara de póker" ganando a grandes campeones de humanos con su IA, Libratus.

Cuando Deep Blue (IBM) ganó a Kasparov al ajedrez no nos preocupó porque "simplemente" se trataba de hacer cálculos mucho más rápido que el cerebro humano: aceptable. Cuando dos décadas después la IA de Google, AlphaGo, ganó 4-1 al campeón del mundo de Go, nuestras alarmas deberían de haber empezado a saltar porque ya estamos hablando de una inteligencia artificial capaz de aprender y mejorar sus propias estrategias en tiempo real -a diferencia de la vieja Deep Blue-. Sin embargo, incluso el complicado Go sigue unas reglas muy claras y todos los datos son visibles, lo que facilita a la IA su trabajo, ¿pero y el póker?, ¿cómo es posible que en un juego en el que farolear y engañar a los rivales es vital -y exclusivamente humano- pueda ganar el machine learning?

La inteligencia artificial lleva mucho tiempo entre nosotros: reconoce rostros en grabaciones de vídeo o en fotos en las redes sociales, predice el gasto energético de una fábrica o un hogar, selecciona las canciones y películas que más nos van a gustar -incluso las crea-, hace diagnósticos de salud, diseña dietas específicas según nuestra salud y genotipo... pero el incremento exponencial de datos no estructurados que estamos generando -cuantos más datos tenga la IA, mejor funciona- nos ha llevado a la última frontera, en donde los seres humanos conviviremos y trabajaremos codo con codo con máquinas que si no podemos afirmar que piensan desde luego hacen algo muy parecido -incluso hay quien dice que van a hacer cosas mucho más asombrosas que nuestro cerebro-, cambiando radicalmente nuestro mundo. ¿Estamos preparados?

Yo lo estoy: tengo claro que hay una serie de habilidades "Only Human Skills" que, por la "presión" de la evolución de la IA y la ayuda que nos van a prestar, desarrollaremos a un nivel muy superior al actual, y que la suma del potencial del cerebro humano y la "eficiencia" digital nos llevará a alcanzar descubrimientos y avances como los que aún nos cuesta hasta soñar. Merece la pena abrirnos a esta nueva era, ¿verdad?