Excoordinador de IU de Asturias y coordinador de IU en Bélgica

Ni sí ni no

El maniqueísmo en IU que elimina el debate

La concepción de la realidad era dialéctica para la izquierda, un proceso del que de la contradicción y del debate nacía la síntesis. Ahora, sin embargo, parece que se han instalado la versión gratuita del programa participación "on line": un modelo de intercambio binario que anula el debate. Ante cualquier situación, la que sea, se consulta y la respuesta tiene que ser clara: solo cabe el sí o el no. A este proceder, aquí caricaturizado, se le llama democracia radical.

Este maniqueísmo elimina el debate y constriñe la elección a lo blanco o a negro sin lugar para los grises. La controversia tampoco tiene cabida en los órganos de dirección. La nueva dirigencia se despoja irresponsable de su ser transformándose, en apariencia, en una mera intérprete de la voz de militancia y simpatizantes lo que, además, es falso. Realizado el conteo, con cualquier tabla -a la tecnología se la sitúa como única garante de los procesos- se obtiene el resultado que convenientemente ponderado garantiza que la respuesta sea la deseada como no podía ser de otro modo.

La metodología está plagada de trampas. Para llevarse el gato al agua se califica de democracia radical y sufragio universal procesos que son verticales sin debate entre quienes votan y siempre llenos de premura. El cuerpo electoral es elástico y desconocido lo que implica una total ausencia de garantías democráticas. A consulta se someten criterios y principios pero, cual Romanones, se reservan para ellos, los que controlan el programa, lo reglamentario, las modificaciones concretas estatutarias o del tipo que sean. Se cargan el hábito colectivo y lo sustituyen por el catálogo neoliberal -paradójico- de la virtualización del intercambio y de la individualización de las decisiones. A la militancia le dejan el clic.

Se cuidan de alejar los recelos hablando de procesos de ida y vuelta pero obviando que las reglas que se aplican en el partido de ida no van a ser las del encuentro de vuelta. La militancia así lo ha querido con su voto; esa es otra trampa. Tanto en la consulta de IU que habla de un nuevo modelo organizativo como en la del Sr. Iglesias y la Sra. Montero, son ellos quienes se reservan para sí la interpretación y aplicación de los resultados de la misma. No se conocen las consecuencias de tal o cual resultado con la nitidez que la opción dual exige al voto de los que pudiéramos participar en ella.

Como en la consulta que ahora inicia IU me dicen que no está en juego su futuro, que solo se trata de dar forma a los acuerdos de la última asamblea; como no puedo estar en contra de esos procesos de democracia radical; como sé que IU de Asturias jugará la ida como organización federada pero no va a poder jugar la vuelta con las mismas reglas sino como delegación territorial de la organización estatal; como esta dicotomía genera alineamientos estar con o en contra de Garzón y no me gusta la resultante; como si votas uno estás con lo nuevo y si votas otro con lo viejo; como después de más de cuatro década de militancia y compromiso siempre basé mis noes y síes en el peso de los condicionales; como me gusta la riqueza de los matices y necesito el debate; como para mí la clase es una categoría que engloba a los múltiples activismos que se puedan dar; como no quiero ni puedo estar con unos contra otros? en esta consulta no votaré ni sí ni no, no cliqueo porque la izquierda es dialéctica, es compromiso con constancia, es organización y alianzas para mejorar las condiciones de vida de la mayoría y esto no lo resuelve un clic.

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