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Todos sabíamos que el Carnaval era un "botellón"

La deriva destructiva que lleva la fiesta que empezó como entrañable reunión en el "Valpa"

Está bien que el alcalde Suárez entone el mea culpa y reconozca sus fallos. No bien, si no muy bien. Es totalmente inusual que los políticos ibéricos hagan dos cosas: dimitir y admitir que tienen la culpa de algo; o sea, de su responsabilidad, tanto personal como política. Tini Areces es el ejemplo mas glorioso de semejante conducta impropia. El nuevo alcalde de Gozón lo ha hecho con motivo del, al parecer, caos y desastre que provocó el ya tristemente famoso carnaval de verano.

Leo estupefacto en estas páginas que no sabía que era un "botellón", por lo que no consideró que hiciese falta la presencia en la calle de todos los guardias urbanos, porque ya había guardias civiles. ¡Pero si lo sabe todo el mundo desde hace mil años! Yo mismo puse el grito en el cielo, creo que esta es la quinta vez, lamentando la degradación que va sufriendo año tras año lo que empezó siendo una baile entrañable de disfraces en "Valpa" y se está convirtiendo en una borrachera colectiva, en el gran "botellón" urbano del verano con un final previsible. O a veces imprevisible.

Es una quedada con bebida incluida. Los que vienen de fuera, en buses faltaría mas, puestos especialmente para la ocasión para hacer su agosto, llegan cargados de bolsas de bebida compradas vaya usted a saber dónde. Y, claro, otras cosas menos llamativas. Por eso pasan del, para nosotros, divertido ingenio que tenía aquel esfuerzo colectivo de un pueblo y alrededores unidos por única vez al año, que para la fatidad de Luanco es todo un milagro.

No puedo decir lo de este año. Huí como alma en pena. Pero hay muchas versiones, ya sabemos como es Luanco. Y rumores de las lenguas de vecindona, frase afortunada de un gran poeta para meterse con los cotillas. Dicen esas lenguas que fue un desastre, que no podían controlar a los del "botellón". Hace ya unos años, justo cuando empezaba el anarco desfile -uno de los encantos de este atípico carnaval- se acercó a mi un grupo de chavales cargados de bolsas, Y su único interés era saber dónde estaba el polideportivo, que es el más preciado para las quedadas.

Quiero decir con esto que ni pisan el pueblo. Que no hacen ningún gasto. Que vienen "gastados" de casa, con lo cual lo único que nos dejan son detritus y caos. Rompen todo. Entran en los jardines cercanos. Destrozan los cristales de los coches. Aguas mayores y menores por doquier. Y al amanecer, tras el diluvio, se van como si nada.

Ya avisaba que hay que tomar medidas cuando hay grandes males. No nos gustan a nadie, pero no hay otra más a mano. Cámaras y a grabar. Así pasó en mi querido barrio de las Letras en Madrid tras los desmanes en la madrugada. Y adiós problema. Ya lo sé, nadie quiere un "gran hermano", no es democrático. Pero muerto el perro, muerta la rabia, No es lo mismo el Xiringüelu o el Carmín, que no dejan de ser botellones, aunque más de sidra. Pero están concentrados, y de alguna manera controlados, en grandes praos.

Dicen también las lenguas de vecindona que es que el nuevo Alcalde no se entera bien de lo que pasa en el pueblo, que apenas está, que vive en Gijón y que casi nadie le conoce. Y algo más, que ni siquiera navegó lo que está en los escritos, porque en realidad es un sindicalista. O sea, como diría el gran Alberti, "un marinero en tierra". Pero en Alberti la intención poética era bien diferente. No sé si es cierto. El Partido Socialista sabría lo que hacía. Aunque no siempre se acierta con Luanco. Todos los partidos. Me repito mucho, perdón, pero lo de este pueblo "ye muy fuerte".

No sé si el equipo de gobierno está implicado en esa culpa colectiva. Yo oí una entrevista del Alcalde en nuestra querida y tan escuchada radio local Onda Peñes, con el locuaz Wes, y era yo, yo, yo y muy en la distancia, los demás. Todo lo hacía el Alcalde, en un ataque de divismo impropio justo cuando acaba de llegar. Y si lo que quieren es el voto joven y la complacencia antes de que se vayan a Podemos, pues chúpate esa.

Pero como se siga así, el otrora divertido Carnaval de verano pasará a mejor vida.

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