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Historiador

Violencia en la retaguardia republicana en Avilés

Relato de la represión realizada por los comités de guerra

En la comarca avilesina la sublevación militar que da pie a la Guerra Civil fracasará el 19 de julio tanto por la rápida acción de los partidos y organizaciones de izquierdas así como por la lealtad de una parte de las fuerzas de orden público. La comarca se convierte desde el 19 de julio en uno de los bastiones principales de la República en el Norte, no solo desde el punto de vista militar sino también desde el punto de vista administrativo.

Es entonces cuando se produce uno de los episodios de la violencia política en la comarca derivados del estallido de la guerra, el llamado terror en caliente de los comités de guerra. Controlados por las fuerzas del Frente Popular y las organizaciones de izquierdas, los comités se convierten en átomos del poder establecido, con la potestad de administrar la justicia local ante la urgencia de la guerra y la ausencia de un poder centralizado. A mediados de agosto estos comités comienzan a aplicar una limpieza selectiva no solo contra los implicados en el golpe de Estado sino también contra los dirigentes de la derecha local.

Serán los meses de julio y agosto los meses de máxima violencia en la comarca. A mediados del mes de agosto el Comité Avilesino de Guerra se reúne, Oviedo sigue en manos sublevadas y se producen enfrentamientos en el frente del Cayes donde los avilesinos combaten. El comité en reunión plenaria y presidido por el alcalde plantea por unanimidad fusilar a los cómplices de la sublevación prisioneros desde los primeros días de la Guerra. Hay voces críticas pero son acalladas en pos de las circunstancias bélicas.

La noche del 12 al 13 de agosto se produce la primera de estas sacas o paseos. Esa noche 19 presos son extraídos de la cárcel, trasladados al Frente del Cayes donde les esperaba un piquete de ejecución. Las sacas seguirán durante agosto y septiembre de 1936, siendo el número de fusilados más de 120 en la comarca: abogados, ingenieros, patronos, periodistas, policías urbanos, curas y seminaristas, casi todos miembros de la derecha, desde la más liberal a los falangistas. Los lugares: El Cayes, Cabo Peñas, el Palomo y Gijón. En octubre, ya centralizado el poder político en la Asturias republicana, se ordena desde Gijón poner fin a los paseos nocturnos. Restableciendo el monopolio del poder por parte del Estado mediante los tribunales populares.

La violencia política en la retaguardia republicana estuvo presente en Avilés, fue un modo de control de un espacio político inestable y disputado. El conflicto trajo consigo nuevos escenarios donde la aplicación de la violencia fue el instrumento relacional para mantener a raya a la población sospechosa.

Las víctimas de este terror conformarán el relato franquista durante gran parte de la dictadura. Las autoridades franquistas en Avilés rescataron sus cadáveres, exhumaron las fosas e hicieron un mausoleo en el cementerio de La Carriona, donde fueron homenajeados. La causa general inventarió lo sucedido y pretendió dar una aparente legalidad en buscar responsabilidades. Las Checas rojas de Avilés pasarán a ser una parte del argumentario franquista para anular la legitimidad del gobierno republicano.

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